Irreconocible: así está el concursante más querido de ‘MasterChef’ tras adelgazar 57 kilos
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Yannick ha cambiado mucho y ha mostrado su evolución física en las redes sociales
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Quienes siguieron la décima edición de MasterChef aún recuerdan a Yannick por su entusiasmo, su entrega en cada prueba y una personalidad carismática que conectó fácilmente con el público. Nacido en Bélgica pero criado en la región de Murcia, este joven se ganó un hueco en el corazón de los espectadores gracias a su naturalidad frente a los fogones. Hoy, tres años después de aquel paso por las cocinas más famosas de la televisión, vuelve a acaparar titulares. No por su participación en un nuevo proyecto audiovisual, sino por una transformación personal que ha dejado sin palabras a sus seguidores.
A través de una publicación en redes sociales, ha compartido el resultado de un largo y exigente proceso de cambio físico, emocional y mental. La cifra es contundente: ha perdido 57 kilos desde que participó en el concurso culinario. Pero más allá de la balanza, lo que más llama la atención es su renovado estilo de vida, su energía contagiosa y una nueva actitud que irradia confianza.
El inicio de la nueva temporada del concurso de cocina en La 1 ha motivado a muchos ex concursantes a rememorar su paso por el programa. Para Yannick, esa mirada al pasado ha sido algo más que nostalgia. En su mensaje publicado en redes sociales, explicó que la llegada de la nueva edición le hizo detenerse y mirar en retrospectiva. «He perdido 57 kilos, aunque es más fruto de este último año y medio, la semillita fue plantada durante mi paso por MasterChef», ha escrito.
El cambio de Yannick
Yannick ha mostrado unas imágenes que evidencian su cambio físico: una del pasado, durante su participación en el programa y otra actual, donde posa con el mismo delantal que usó entonces, pero con un aspecto renovado. El contraste no solo muestra una evidente pérdida de peso, sino también un rostro más sereno y una expresión distinta: la de alguien que se siente en paz consigo mismo.
Lejos de los mensajes motivacionales vacíos, Yannick ha querido ser transparente sobre el camino recorrido. «Decidí que algo tenía que cambiar, que mi peso no iba a seguir limitándome. Que quería tomar las riendas de mi vida y vivirla plenamente. Desde entonces, gracias a una buena nutrición y muuuucho deporte (que me tiró 2hrs en el gym cada día), pues he ido perdiendo peso poco a poco. Y ojo! Aún me queda un montón, pero vamos por buen camino», explica.
Su rutina actual es fruto de ese compromiso. Ha adoptado hábitos saludables, priorizando la alimentación equilibrada y el ejercicio regular. Él mismo detalla que dedica cerca de dos horas diarias al entrenamiento físico, sin obsesionarse con resultados rápidos, sino valorando cada pequeño avance.
Además, ha subrayado la importancia del equilibrio mental: para él, perder peso no fue solo una cuestión estética. «Hoy creo que mi paso sería muy diferente por el programa porque tengo una energía que no tenía en aquel entonces. Y créeme que gracias al programa he aprendido a cocinar mejor», añade.
El importante mensaje de Yannick
Lo más poderoso de la historia de Yannick no es solo su impresionante cambio visual, también hay que destacar su capacidad para comunicar. Sin caer en fórmulas sensacionalistas, ha conseguido conectar con cientos de personas que ven en él un ejemplo cercano de superación. Su mensaje no está centrado en cuerpos ideales ni en estándares inalcanzables, sino en la importancia de escucharse a uno mismo, marcarse objetivos realistas y trabajar por ellos cada día.
El impacto de su publicación ha sido inmediato: cientos de reacciones, comentarios de apoyo y palabras de admiración se han multiplicado en sus perfiles. Muchos usuarios han agradecido su sinceridad, valorando que comparta su historia sin filtros ni pretensiones. Otros se han sentido identificados y han encontrado en él una fuente de motivación para comenzar su propio camino hacia el bienestar.
Aunque ya no forma parte del universo televisivo de forma activa, el protagonista no ha dejado de cultivar sus pasiones. A través de sus redes sociales, muestra con frecuencia su amor por la música, su entusiasmo por Eurovisión y su destreza como repostero. Ha sabido encontrar un espacio propio, donde cocina, deporte, cultura y reflexión se entrelazan con naturalidad para crear un contenido muy atractivo.
También ha querido enviar un mensaje de ánimo a los nuevos aspirantes de MasterChef, que acaban de comenzar su andadura en la decimotercera edición del programa. «Mañana empieza una nueva edición y nuevos aspirantes vivirán la mejor experiencia de su vida. ¡Me da mucha envidia! ¡Volvería mañana mismo si fuese posible! Mucha suerte a los nuevos elegidos», escribe.
Este gesto resume bien el carácter que ya demostró en televisión: humilde, optimista y con los pies en la tierra. Su paso por el concurso fue solo el inicio de una evolución que no se detiene. La historia de Yannick es una muestra más de que los grandes cambios no vienen de la noche a la mañana. Lo más importante en estos casos es la constancia. No existen las dietas milagrosas.
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