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Con el objetivo de controlar la circulación en las carreteras españolas y mejorar la seguridad vial, la Dirección General de Tráfico (DGT) cuenta con multitud de herramientas y mecanismos, como los radares o los drones. En las vías urbanas, un semáforo en ámbar fijo tiene exactamente la misma validez que el rojo. Aún así, hay conductores que pasan con su vehículo, así que para evitarlo la DGT está instalando semáforos con cámara.
El apartado ‘c’ del artículo 146 del Reglamento General de Circulación especifica lo siguiente: «Una luz amarilla no intermitente significa que los vehículos deben detenerse en las mismas condiciones que si se tratara de una luz roja fija, a no ser que, cuando se encienda, el vehículo se encuentre tan cerca del lugar de detención que no pueda detenerse antes del semáforo en condiciones de seguridad suficientes».
La multa por saltarse un semáforo en rojo o ámbar fijo asciende a 200 euros y la retirada de cuatro puntos del carnet de conducir con base en la normativa vigente. Según datos proporcionados por el Ayuntamiento de Madrid, desde 2017 las sanciones por este motivo han aumentado un 500%.
Semáforos con cámara de la DGT
En los últimos años, los semáforos con cámara han proliferado mucho en los últimos años, sobre todo en grandes ciudades como Madrid. El sistema de foto-rojo consiste en la instalación de cámaras en determinados semáforos con un único objetivo: comprobar que los conductores cumplen con la obligación de detenerse cuando está en rojo.
El dispositivo se instala en un soporte situado 25 metros antes de la linea de detención. No está escondido y, además, en todos los casos hay una señalización específica para advertir de su presencia. La cámara toma dos fotografías a color: una antes de la línea de detención con el semáforo en rojo y otra atravesando la línea de detención cuando todavía no ha cambiado de color.
Es requisito indispensable que en ambas fotografías se pueda leer la matrícula del vehículo infractor para poder tramitar la multa. El hecho de que sea de noche no supone ningún problema porque el sistema incluye una cámara de infrarrojos. Por ahora, el sistema de foto-rojo no actúa cuando los vehículos cruzan el semáforo en ámbar fijo.
Las fotografías tomadas por estos semáforos son una prueba de que el conductor ha cometido una infracción de tráfico. Por lo tanto, los agentes o la autoridad competente las utilizan para tramitar una multa.
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