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La DGT no tiene piedad: esta es la multa que te espera por llevar los cristales sucios

Llevar los cristales sucios puede considerarse infracción debido a que pueden hacer que no se tenga buenas visibilidad

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DGT cristales sucios
La multa por llevar los cristales sucios
Blanca Espada

¿Sabías que conducir con los cristales sucios puede hacer que recibas una multa bastante elevada? Así lo establece la Dirección General de Tráfico (DGT), que no tiene piedad con los conductores que no mantienen limpia la superficie acristalada de sus vehículos. Toma nota entonces porque te explicamos la importancia de tener una buena visibilidad al volante y cómo evitar posibles sanciones por llevar los cristales sucios.

La multa de la DGT por llevar los cristales sucios

Conducir con los cristales sucios puede parecer una falta menor, pero lo cierto es que puede suponer un riesgo para la seguridad vial y una sanción económica. Por ello, la Dirección General de Tráfico (DGT) no tiene piedad con los conductores que no mantienen limpia la superficie acristalada de sus vehículos y de hecho, dependiendo de la interpretación del agente que nos coloque la infracción, el importe de la multa puede llegar hasta los 200 euros.

La norma que regula este aspecto es el artículo 19.1 del Reglamento General de Circulación, que establece que «la superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule, sin interferencias de láminas o adhesivos».

Esto significa que todo cristal en el coche debe estar limpio: desde el parabrisas a las ventanas, así como los retrovisores y también, no olvides llevar siempre limpia la matrícula. Además, hay que evitar colocar objetos que puedan obstaculizar la visión, como ambientadores, rosarios o llaveros.

La razón de esta exigencia es que la visibilidad es un factor clave para una conducción segura y eficiente. Según la DGT, el 90% de la información que recibe el conductor proviene de la vista. Por eso, es importante tener una buena iluminación y una buena limpieza de los elementos ópticos del vehículo.

Circular con los cristales sucios puede provocar deslumbramientos, reflejos o distorsiones que dificulten la percepción del entorno y la anticipación a posibles situaciones de peligro. Además, puede impedir ver correctamente las señales de tráfico, los semáforos o los peatones.

La sanción por llevar los cristales sucios no está tipificada como tal en el Reglamento General de Circulación, sino que se considera una infracción leve por incumplir el artículo 19.1. Por lo tanto, y como ya hemos mencionado, queda a criterio de los agentes de tráfico determinar si la suciedad afecta o no a la visibilidad del conductor.

En caso de que así lo estimen, pueden imponer una multa de hasta 200 euros y, en casos extremos, incluso inmovilizar el vehículo si consideran que existe un riesgo especialmente grave para la seguridad vial. Estas sanciones no conllevan la pérdida de puntos del carné de conducir.

¿Y si llevo el parabrisas roto?

En el caso de que llevemos el parabrisas roto, nos arriesgamos también a una multa de 200 euros, sin perdida de puntos del carnet, ya que también se incumple la norma antes mencionada, dado que puede darse el caso que debido a la rotura, no permita una buena visibilidad.

Por otro lado, corremos también el riesgo de que el coche acabe siendo inmovilizado a partir de lo que se especifica en la Ley de Seguridad Vial. De este modo, los agentes de tráfico pueden inmovilizar el vehículo que circule con un parabrisas roto, por lo que es importante asegurarse que el parabrisas esté siempre en perfecto estado y limpio.

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