La declaración del padre de los niños asesinados en Godella: «Encontré sangre fresca en la piscina»

La declaración del padre de los niños asesinados en Godella: «Encontré sangre fresca en la piscina»
Los padres de los niños asesinados en Godella

Gabriel, el padre de los niños asesinados en Godella, insiste en que es inocente mientras el juez le mantiene en prisión. OKDIARIO accede en exclusiva a su última declaración, la más extensa y la que arroja más luz sobre el doble crimen de los niños de Godella.

«La noche del 13 de marzo me dormí pronto sobre las 10 o las 11 de la noche, cuando  me desperté María estaba desnuda, fría y con el pelo húmedo, se tiró encima de mí para hacer el amor…le dije que me dejara y le pregunté por los niños…». Era el preludio de un crimen horrendo, Gabriel supuestamente no sabía que su pareja había asesinado a palos a los niños y los había enterrado en la finca de la casa de campo que ocupaba ilegalmente la pareja.

La actitud extraña de María esa madrugada motiva las sospechas del padre, según su relato, que le preguntó insistentemente por los pequeños y la respuesta le dejó aterrorizado «me dijo que los niños estaban bien, que estaban en paz y estaban con Dios…me llevó hasta un arbusto en el jardín y allí no estaban…después al cementerio de Rocafort…tampoco».

Fue entonces cuando Gabriel decide llamar a la policía o a la abuela de los niños, no encuentra el teléfono, insiste en preguntarle por los niños «me dice que están en el pozo, cuando llegamos me empuja intentando tirarme dentro…vuelvo a casa a por el teléfono pero ella se tira dentro y se pone a gritar pidiendo ayuda…la saco del pozo y ella se encierra en la casa, aprovecho para buscar a los niños en el jardín y encuentro un montón de sangre fresca en la escalera de la piscina, muchísima sangre…vuelvo a la casa y no me deja entrar, la bloquea con un mueble y me dice que la sangre es suya que ha abortado a dos niños pero que tranquilo que los podría renacer y traerlos de nuevo a la vida».

En ese punto la Policía y la Guardia Civil llegan a la vivienda y encuentran a María desnuda escondida en un bidón del campo en un estado psíquico lamentable. Finalmente ella les conduce a las dos tumbas donde supuestamente ella misma había enterrado a los hijos. Él, preguntado también por los investigadores, señala varios lugares de la finca que ella considera relevantes y «especiales» desde el punto de vista espiritual, por si hubiera escondido allí a los niños. Da varias posibilidades y acierta con uno de ellos. Al final acaba también detenido.

La Guardia Civil no retira sus sospechas sobre él, porque esa noche Gabriel no llamó a la policía a pesar de que un testigo cuenta que Gabriel le pidió un teléfono para hacerlo, por las contradicciones durante los primeros momentos de shock en que los guardias hablan con él, y porque en las primeras horas se niega a declarar por orden de su abogado. Por todo esto le mantienen en prisión, y porque según el fiscal y el juez, tiene inclinaciones por creencias esotéricas y sectas y cree en la reencarnación. El lo negó durante ésta declaración de más de dos horas ante el juez practicada el pasado 22 de noviembre, y no hay un indicio más en su contra.

Y a pesar de la escasa argumentación jurídica en contra de Gabriel, el juez le mantiene en prisión. Precisamente ahora que acaba de salir a la luz las cartas que María, su expareja, le ha mandado a prisión durante los últimos meses. Unas misivas en las que María le pide perdón a Gabriel «por traer la oscuridad a sus vidas».

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