A prisión la conductora que mató a dos ciclistas borracha y drogada
La conductora que este domingo mató en la carretera que une Oliva y Denia (Valencia) a dos ciclistas y dejó heridos graves a otros tres tiene antecedentes policiales por alcoholemia y drogas, según ha informado el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues.
Ha explicado que el accidente se produjo cuando la mujer, de 28 años y que dio positivo en el control de alcoholemia y drogas, invadió el carril contrario de la N-332 entre Oliva y Denia, y arrolló de frente a un pelotón de seis ciclistas de Jávea.
El único que pudo esquivar a la conductora fue el primero, mientras que dos de sus compañeros, de 28 y 50 años, murieron en el siniestro, y los otros tres resultaron heridos graves y fueron trasladados a diversos centros hospitalarios.
La conductora fue detenida y puesta a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Gandía, que ha ordenado prisión provisional comunicada y sin fianza para la joven, a la que imputa dos delitos de homicidio imprudente, tres delitos de lesiones por imprudencia grave y un delito contra la seguridad vial.
Moragues ha afirmado que hubo «un cambio de carril por parte de la conductora», que circulaba en sentido contrario al de los ciclistas, lo que lleva a pensar que pudo ser «una distracción o bien se durmió al volante», aunque la causa del siniestro, ha insistido, es «la ingesta de alcohol y drogas».
«Un cóctel explosivo»
Ha advertido de que «alcohol y drogas al volante son un cóctel explosivo y un arma letal», ya que se pierden reflejos, la conducción se hace más impetuosa, se tiene una sensación de riesgo diferente a la realidad y la peligrosidad aumenta».
Ha asegurado que la joven tiene «antecedentes policiales en materia alcoholemia y drogas», que no los ha detallado, y ha lamentado que ninguno de los tres controles que había alrededor de la zona del accidente la detectara.
El delegado del Gobierno, quien tampoco ha querido precisar la tasa de alcohol que dio la conductora, ha señalado que durante 2016 la Guardia Civil ha realizado 525.000 controles alcoholemia, y algo más de 2.000 acabaron con el inicio de un proceso penal por superar el límite máximo de alcohol permitido.
Ha afirmado que estos controles son preventivos y no recaudatorios, ya que lo que se busca es que la gente que conduce «no pongan en peligro a los demás».
«Cuando consumes alcohol y drogas, la peligrosidad aumenta y pones en peligro la vida de otras personas», ha destacado Moragues, quien ha insistido en que «alcohol y drogas son incompatibles con la conducción» y ha pedido a la sociedad que sea «muy consciente» de los peligros que conlleva.