Asesinato Llanes

Ardines tenía rastros de espray de pimienta en la faringe similares al aerosol que guardaba uno de los asesinos

Nunca se halló ADN de los autores en la escena del crimen pero la Guardia Civil sí halló en las vallas restos del aerosol de pimienta.

Javier Ardines
Recuerdo a Javier Ardines, concejal de IU en Llanes (Asturias). (TW)

Fue un plan estudiado, ensayado días antes con intento fallido incluido y ejecutado hasta matarle. A Javier Ardines lo mataron por encargo a cambio de 35.000 euros para repartir entre tres y presuntamente lo encargó el marido de la prima de su mujer enfermo de celos. Y como el concejal de Izquierda Unida era un hombre corpulento y de fuerte carácter, primero le rociaron con un aerosol de pimienta, luego le golpearon y finalmente le asfixiaron tras un forcejeo en el que víctima y asesinos recorrieron hasta 70 metros.

Según los investigadores de la Guardia Civil responsables de la operación Strobe (camino) los asesinos ensayaron antes el crimen con las vallas, incluso con un intento frustrado y finalmente el 16 de agosto volvieron a poner las vallas en el camino para obligar a Ardines a detener su coche y bajarse a quitarlas. En ese momento le rociaron con el espray defensivo de pimienta para dejarle momentáneamente ciego y sin resuello, también le golpearon en la cabeza y finalmente tras una persecución de decenas de metros le asfixiaron. Nunca se halló ADN de los autores en la escena del crimen pero la Guardia Civil sí halló en las vallas restos del aerosol de pimienta. Algo que en principio los forenses no detectaron en el cuerpo de Ardines, pero en octubre el informe de ampliación de la autopsia sí confirmaba la presencia del aerosol irritante de pimienta en el aparato respiratorio de la víctima. Ardines aspiró el aerosol de pimienta con el que le rociaron y sus restos permanecieron en la traquea y la faringe.

Así arrancó una investigación sin ADN, una investigación “a la vieja usanza” como describen los investigadores, más pendientes de las antenas de los móviles y de los contactos telefónicos de la víctima. Tirando del teléfono de la víctima llegaron a desvelar la estrecha relación de Ardines con la mujer del ahora detenido por encagar su asesinato. También los viajes a Bilbao del concejal, donde reside la mujer. La revisión de los teléfonos que posicionaban en Llanes en las horas del crimen señalaron también a uno de los presuntos asesinos, uno de los argelinos, según fuentes judiciales. La Unidad Central Operativa cree los dos argelinos usaron su vehículo citroen para cometer el crimen y lo tienen localizado en Llanes durante los días del asesinato. Las muestras recogidas por los guardias de criminalística en el coche están ya en el laboratorio a la espera de confirmar si hay rastro de aerosol de pimienta en el vehículo, ya que los guardias también hallaron en el registro del domicilio de ese sicario un espray de pimienta similar al que se pudo utilizar.

La confesión de uno de los sicarios en sede judicial, el único que hasta ahora ha reconocido los hechos, ha aclarado todos esos aspectos, él ha sido el que ha confirmado el uso del aerosol, el pago de los 35.000 euros por el asesinato y como ensayaron el plan hasta conseguir ejecutarlo. Ahora, el presunto marido inductor, el amigo que le puso en contacto con los sicarios y elaboró el plan, y éste sicario argelino están en prisión provisional. El otro sicario sigue pendiente de su extradición desde Suiza.

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