Los mayores, pieza fundamental de las familias

¿Por qué son importantes las personas mayores dentro de la familia?

mayores familia
Personas mayores caminando.

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Ana Margarito lleva años totalmente involucrada en el mundo de las personas mayores, de las sénior. Esta farmacéutica considera que la sociedad actual no solo no valora a este colectivo, sino que lo discrimina en  lo que se llama “edadismo”.

Cuando me hacen la pregunta de por qué son importantes las personas mayores dentro de la sociedad y, sobre todo, de las familias, siempre me digo que qué curiosa interrogación que lleva implícita una discriminación de las personas, exclusivamente por su edad. ¿Es que quizás las personas pierden importancia según van cumpliendo años? Esa es la aberración en la  que estamos cayendo en esta sociedad cada vez con más frecuencia.

Estamos aceptando una clara discriminación por edad sin despeinarnos.  ¿Nos podríamos imaginar semejante pregunta en otro colectivo que hoy día cuente con infinidad de derechos? Seguramente no.

No sólo ya en el ámbito laboral se margina a las personas cuando están cerca de cumplir los 50, o en la propia sociedad, cuando para referirse a los cincuentones y demás ones…se utiliza la palabra “viejo” de forma despectiva, sino que ahora, parece que también en la familia, hay que  justificar su importancia.

¿Estamos hablando en serio?

¿Nos hemos planteado alguna vez la importancia de los adolescentes o de los niños en la familia? ¿O el de las mujeres? Seguramente, no. Entonces, ¿por qué sí la de las personas mayores?

Cada edad tiene su encanto y cada etapa de la vida se caracteriza por tener necesidades, ilusiones, o demandas diferentes. Pero, ¿cuáles son más importantes? ¿Quién es más necesario, el que ya sabe andar o el que no, el que tiene granos o el que tiene arrugas, el que estudia o el que trabaja, el que tiene hijos o el que tiene nietos?

Seguramente muchos pensarán que he perdido la razón por comparar la importancia de un niño con la de un abuelo en una familia, sin embargo, esos mismos habrán considerado como algo natural que se utilicen ríos de  tinta para justificar la importancia que tienen los abuelos en la familia, y, seguro, que incluso, les ha parecido entrañable que se resalte. ¡Qué horror!

Estoy cansada de tener que leer artículos que sólo ponen en valor lo que aportan los mayores y así poder justificar su existencia y recordarnos la obligación que tenemos de cuidarlos, o lo que es peor, de tenerlos en cuenta.

¿De verdad es necesario recordarnos las razones de por qué una persona sigue siendo importante en una familia, en una sociedad o en cualquier otro entorno, cuando ha superado la edad impuesta por una sociedad tan mediocre que sólo valora la juventud?

Manifestaciones como: “Los adultos mayores tienen mucho por contribuir: tienen sabiduría y experiencia y al mantenerlos saludables, funcionales e independientes, pueden continuar contribuyendo a sus comunidades y a sus familias y serán más felices”. Resaltemos la frase: “al mantenerlos saludables, funcionales e independientes”. ¿Mantenerlos saludables? Hablamos de las personas mayores como si fuesen muebles viejos y nosotros sus propietarios. ¿Tenemos que mantenerlos saludables para que sigan siendo útiles? ¿Existe un desprecio mayor hacia una persona que tratarlo como un mueble viejo?” “Si lo restauramos, todavía puede servirnos”, eso diríamos de un mueble viejo. ¿No encuentran alguna similitud entre ambos tratos?

“Hay que destacar que nuestros mayores constituyen una pieza muy importante en la sociedad. Son transmisores de sabiduría y experiencia. Además, son los encargados de mantener unida a la familia, dar consejos y apoyo emocional, cuidar a los más pequeños, incluso de ayudar económicamente”.

Alguna vez hemos leído sobre los niños “constituyen una pieza muy importante en la sociedad. Son los encargados de mantener unida a la familia. Tenemos que mantenerlos alimentados, contentos y formados para que puedan ser útiles y ayudar económicamente a sus abuelos. ¿Qué pensaríamos de quien escribiese esa declaración?

Por favor, necesitamos recapacitar, no demos por hecho que, en la sociedad, unos somos más importante que otros sólo por tener una edad diferente. Hemos luchado por la discriminación de género: “los hombres tienen los mismos derechos que las mujeres”, de raza: “ los blancos tienen los mismo derechos que los negros”, pero, sin embargo, “los mayores no tienen los mismos derechos que los jóvenes”, por eso, cuando cumplen los 50 ya no pueden trabajar, si ya superan los 60, los 70 o los 80, más vale que seas útil para alguien o para algo, porque, de lo contrario, casi tienes que justificar por qué tienes que seguir vivo.

No podemos olvidar que la sociedad de la que disfrutamos hoy ha sido construida con los ladrillos del sacrificio, el trabajo, el esfuerzo y la renuncia personal de nuestros padres, madres, abuelas y abuelos. ¿Acaso, eso no es suficiente para valorar la importancia de las personas que hoy lucen canas?

Por todo eso, no tendría suficiente papel, y, además, me niego a tener que enumerar la cantidad de razones por las que las personas mayores son importantes en nuestra familia, en la sociedad, en nuestras vidas y en el mundo entero. Gracias a todos los abuelos, abuelas, padres y madres que han hecho posible que hoy estemos aquí. Y recordemos que todos, si antes no nos sobreviene la muerte, seremos algún día “mayores”. Ana Margarito es fundadora y CEO de 60 y mucho +, una plataforma pensada para que se interconecten los senior en todos los niveles.

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