Juanma Ortega: «La mayoría de los problemas de espalda provienen de un origen postural»

Juanma Ortega es fisioterapeuta y licenciado en Ciencias de la Actividad Física, además de estar especializado en dolor de columna vertebral, con la vista puesta en algunos referentes mundiales como el Dr. Stuart McGill. Su obsesión por hacer accesible a todos las herramientas utilizadas por los atletas de alto rendimiento lo llevó a crear el método SRC, que combina más de veinte años de experiencia con avances innovadores en el tratamiento del dolor de espalda. Su método se basa en técnicas activas que buscan la raíz del problema, empoderando al paciente para que sea protagonista de su recuperación. 

En su obra ‘Tu dolor de espalda tiene solución (si sabes cómo)’, de Alienta Editorial (Planeta), presentada este martes, 20 de enero, Ortega presenta, a lo largo de diez capítulos, un enfoque innovador y holístico para tratar una de las afecciones más comunes de la población. En el libro se combinan explicaciones científicas con estrategias prácticas que abarcan la alimentación, el descanso y el ejercicio, enseñando cómo los hábitos diarios influyen directamente en la recuperación.

Además, a lo largo de las 270 páginas de la obra, Ortega desgrana su método de compensación, descompresión y estabilización articular, proporcionando herramientas para eliminar el dolor de manera efectiva y prevenir su reaparición. Su objetivo principal es transformar la relación del paciente con su cuerpo, promoviendo una vida libre de dolor y dependencias innecesarias. En esta entrevista a OKSALUD, el experto en salud musculoesquelética nos comparte el resultado de ese conocimiento innovador, su experiencia y el trabajo con cientos de pacientes que han logrado disfrutar de una vida sin dolor. Porque, su misión es clara: ofrecer soluciones efectivas y sostenibles para erradicar el dolor de forma definitiva.

PREGUNTA.- ¿Qué experiencia profesional tiene en el tratamiento del dolor de espalda? ¿Qué le diferencia de otros fisioterapeutas, según lo describe en su libro?

RESPUESTA.- Desde el inicio de mi carrera profesional, siempre me ha obsesionado mejorar la salud de las personas y devolverles la calidad de vida perdida, que muchas veces está muy condicionada por el dolor y las lesiones. La diferencia principal reside, desde mi punto de vista y por lo que indican los pacientes, en el razonamiento clínico. La mayoría de los profesionales se centran en el dolor u otros síntomas, y también en algunas lesiones diagnosticadas como hernias discales. Personalmente, siempre explico a mis pacientes que lo más importante no es el dolor ni la hernia que lo provoca, sino entender cómo se llegó a esa situación. La mayoría de los problemas no provienen de traumatismos o accidentes, sino de un origen postural que ha deteriorado la calidad del tejido muscular. Este tejido puede volverse rígido por falta de elasticidad o débil por un déficit de fuerza muscular en zonas que impactan directa o indirectamente sobre la columna vertebral. Por eso siempre digo: si te centras en la lesión, puedes aliviar el síntoma, pero si te centras en el origen del problema, podrías curarte.

P.- ¿Qué porcentaje de la población occidental ha sufrido o sufrirá dolor de espalda en algún momento de su vida?

R.- Según las estadísticas, en torno al 80% de la población sufrirá dolor de espalda o lesiones de columna a lo largo de su vida. Desde mi punto de vista, este porcentaje es suficientemente significativo como para no sólo centrarnos en soluciones, sino también invertir en la prevención.

P.- ¿Cuál es el enfoque principal del método desarrollado por Juanma Ortega para tratar el dolor de espalda? Hablemos de medicamentos, cirugía, técnicas activas que buscan la raíz del problema y de terapias pasivas, como masajes.

R.- Los síntomas o las lesiones que los provocan son sólo pistas que indican que algo no funciona correctamente en el cuerpo del paciente. Si enfocamos nuestras actuaciones en aliviar el síntoma mediante medicamentos, cirugía o terapias pasivas como masajes, podemos lograr cierto alivio, pero es muy complicado solucionar el problema. Para resolverlo, debemos investigar por qué duele la espalda y, si existe una lesión en la columna, buscar las causas de esta. Muchas hernias lumbares, por ejemplo, van acompañadas de bloqueos articulares en la cadera, que a su vez presentan rigidez en la musculatura isquiotibial o en los gemelos. Mientras no se resuelvan estas rigideces, será muy difícil que la cadera y la columna lumbar funcionen correctamente. Este es sólo un ejemplo de lo que encontramos en consulta. Si tratamos con terapias pasivas, el paciente puede mejorar síntomas, pero la mayoría necesitará un trabajo más profundo para solucionar el origen del problema.

P.- ¿Por qué fallan muchos tratamientos convencionales para el dolor de espalda?

R.- Desde mi punto de vista, fallan porque están orientados a tratar el síntoma y no el origen de la lesión. Muchos pacientes afirman que han «probado de todo» sin resultados porque los tratamientos se centran en aliviar el dolor, no en resolver las causas subyacentes. En otros casos, se recurre a la cirugía para reparar discos dañados, pero el paciente sigue teniendo problemas porque el origen no era la hernia, sino otras estructuras que provocaban una compresión excesiva en la columna vertebral.

P.- ¿Qué tres pilares considera como aliados clave en la recuperación del dolor de espalda?

R.- El primer pilar es el trabajo físico acorde al estilo de vida de cada persona. Muchos pacientes no comprenden que actividades como correr, jugar al pádel o nadar pueden aliviar, pero no curar el dolor de espalda. Al igual que los atletas cuidan su físico para rendir en su deporte, cualquier persona debería trabajar su cuerpo para evitar que las posturas diarias lo dañen.

El segundo pilar es el descanso. Muchas personas creen que descansar es tumbarse en el sofá tras un día de trabajo. Este hábito no permite que la musculatura recupere correctamente. En su lugar, se necesita un trabajo físico apropiado que ayude al cuerpo a recuperarse.

El tercer pilar es el conocimiento. Existe un déficit significativo en la educación sobre el autocuidado, lo que hace que un porcentaje elevado de personas padezca lesiones y enfermedades que podrían prevenirse con hábitos adecuados.

P.- ¿Qué técnicas combina su método para eliminar el dolor de forma efectiva? ¿Cómo las aplica?

R.- Utilizamos técnicas compensatorias que permiten reequilibrar los tejidos musculares en fuerza y elasticidad. La aplicación de estas varía según las características del paciente, su lesión y las posturas que realiza diariamente. Por eso siempre recalco que no hay protocolos estandarizados; cada tratamiento debe ser personalizado. Además, buscamos educar al paciente para que entienda qué le ocurre, por qué le ocurre y qué puede hacer para solucionarlo.

P.- Erradicar el dolor y prevenir su reaparición o, al menos, mejorar su capacidad para tolerarlo. ¿Cuál es el objetivo principal frente al paciente?

R.- El objetivo principal es curar al paciente hasta donde sea posible. En algunos casos, debido a cirugías o fracturas, no se puede llegar al 100%, pero la clave es devolverle al tejido muscular las cualidades perdidas. Esto requiere que el paciente invierta tiempo y esfuerzo en trabajar su cuerpo.

P.- ¿Qué ha de hacer un paciente según su método?

R.- Lo primero es someterse a un buen diagnóstico. Una prueba radiológica puede indicar una lesión, pero es crucial entender por qué se generó esa lesión. La biomecánica nos permite analizar el cuerpo y detectar las descompensaciones que debemos corregir. Esto no es un proceso rápido ni mágico, pero con disciplina se pueden obtener resultados significativos.

P.- ¿Cómo influye el estilo de vida en el tratamiento del dolor de espalda? ¿Es un factor clave para lograr una recuperación duradera?

R.- El estilo de vida tiene un impacto directo tanto en la aparición de lesiones como en su recuperación. No se trata solo de tener un trabajo sedentario; también influyen factores como la alimentación, el descanso y el estrés. Hoy en día, la mayoría de las personas vivimos al contrario del diseño original de nuestro cuerpo, lo que dificulta mantener una salud óptima. Cambiar estos hábitos es clave para lograr una recuperación sostenible.