Éstas son las dos enfermedades responsables de que desarrolles rosácea
Afecta a entre el 5 y el 10% de la población y sólo el 1% de los afectados está diagnosticado

Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
Durante el mes de abril hemos asistido a numerosos foros dedicados a la rosácea, una enfermedad de la piel que tiene un componente multifactorial. La genética (personas con piel clara y, sobre todo, mujeres); sobreexposición solar, consumo excesivo de alcohol, cafeína y picantes; padecer estrés y ansiedad; y presencia excesiva del ácaro Demodex folliculorum en la piel del rostro, eran hasta hace poco las causas más habituales asociadas al desarrollo de la rosácea.
«En los últimos años, diferentes estudios relacionados con la microbiota y el eje intestino-piel han dejado constancia que una disbiosis intestinal causada por SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) o Enfermedad Inflamatoria Intestinal, así como estar infectado por la bacteria Helicobacter pylori, pueden ser otras causas para la aparición de rosácea», explica el Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral.
Aproximadamente el 70% de las células de nuestro sistema inmune se encuentran en nuestro intestino, por este motivo mantener una microbiota intestinal sana hace que el sistema inmunitario funcione adecuadamente. Esto influye directamente en un estado de inflamación generalizada del organismo y en la rosácea hay situación de inflamación de la piel del rostro que provoca que aparezcan los principales síntomas de la rosácea: granitos, capilares superficiales dilatados (especialmente en la zona de las mejillas y la nariz), tirantez, quemazón y sequedad.
«Estudios al respecto han dejado ver que el tratamiento antibiótico tanto para el SIBO, así como para el Helicobacter pylori, han puesto en evidencia también una mejora en los síntomas asociados a la rosácea. Además, el tratamiento con probióticos con las cepas Escherichia coli Nissle, Bifidobacterium y Lactobacillus salivarius, entre otras, ha demostrado una mejor recuperación de los pacientes con rosácea», añade el Dr. Sánchez Viera, quien indica que siempre se debe acudir a un especialista antes de automedicarse con probióticos de venta libre.
¿Cómo tratar la rosácea a día de hoy?
En la actualidad, el tratamiento de la rosácea es una combinación de terapias físicas, farmacológicas (orales o tópicas), que pueden ir acompañadas de recomendaciones nutricionales y de mejora de la microbiota.
Terapias físicas: láser colorante pulsado, KTP, láser amarillo, IPL y la Terapia de Fluorescencia, consiguen disminuir el enrojecimiento, diminución de la microvascularización de la piel del rostro (menos picor, tirantez y quemazón), menor número de arañas vasculares (telangiectasias), disminución de p. acnex y demodex, creación de nuevo colágeno y elastina, así como disminución de los episodios de flushing (enrojecimiento repentino).
Terapias farmacológicas: distintos antibióticos tópicos y orales y neuromoduladores, pueden ser de gran ayuda,
Estilo de vida: uso de protector solar a diario; empleo de productos de higiene y cuidado exclusivos para la piel rosácea (son fundamentales los emolientes, que proporcionan hidratación mejorando la tirantez de la piel); dieta mediterránea que mejore la microbiota intestinal (rica en frutas, verduras, pescados azules, carnes magras, frutos secos, frutos rojos, arroz integral, avena y centeno, etc.); y evitar el estrés y la ansiedad (la meditación, el mindfulness y, si es necesario, hacer terapia psicológica).
Temas:
- Enfermedades
- Piel