Dr.Moncada (Sanitas): “La sanidad pública ha tardado demasiado en apostar por la robótica”
El coordinador de la unidad de cirugía robótica de Sanitas Hospitales ha participado junto a otros tres expertos en la mesa redonda 'Las nuevas tecnologías en el sector sanitario, cirugía y robótica' celebrada en el marco de las IV Jornadas de OkSalud
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La aplicación de la robótica en la Sanidad, y especialmente en la cirugía, ha supuesto un avance abismal no sólo para el paciente, cuya recuperación tras una intervención de este tipo es mucho más rápida; si no también para los cirujanos que ahora pueden realizar su labor de manera mucho más precisa, con mayor seguridad, en menor tiempo y con mayores garantías de éxito. Algo en lo que están de acuerdo los cuatro expertos que han participado en la Mesa redonda Las nuevas tecnologías en el sector sanitario, cirugía y robótica que se ha desarrollado en el marco de las IV Jornadas de OKSalud.
Tres cirujanos de urología, el Dr. Ignacio Moncada, coordinador de la unidad de cirugía robótica de Sanitas Hospitales, el Dr. Miguel Sánchez Encinas, jefe del servicio de Urología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos y responsable del Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Ruber Internacional, y el Dr. Alberto Pérez-Lanzac, jefe de Servicio de Urología del Hospital Universitario Vithas Madrid Arturo Soria y Vithas Internacional, que junto al neurocirujano Víctor Rodríguez Domínguez, doctor residente de neurocirugía Hospital Universitario de la Paz, han defendido la importancia de este tipo de herramientas, así como la importancia de la inversión y la brecha abierta que existe en cuanto a aplicación entre la sanidad pública y la privada.
«La cirugía robótica comenzó con la urología»
«La urología es pionera en este tipo de cirugía porque aporta más que en otras especialidades. Podemos tratar cualquier cirugía abdominal: riñón, vejiga y, por supuesto, próstata, además de cirugía reparadora», ha defendido el Dr. Moncada, que cuenta con más de 1.000 cirugías de este tipo a sus espaldas y que ha incidido en que su especialidad es la que más se beneficia actualmente de la robótica aplicada a la Sanidad, pero también la que más ha avanzado gracias a ella.
«La cirugía robótica nos permite quitar el cáncer, pero preservando la funcionalidad de los órganos, de manera que podemos evitar secuelas como la incontinencia o la disfunción», ha explicado el también coordinador de la Unidad de cirugía robótica de Sanitas Hospitales, que apostó hace años por este tipo de tecnología y adquirió varios robots Da Vinci, que permiten realizar cirugías mínimamente invasivas, con gran éxito.
«En la sanidad privada hemos visto siempre la cirugía robótica como una inversión, mientras que la pública lo ha visto como un gasto con un retorno intangible, que en Sanidad es la salud de la población. Han tardado en admitir que había que apostar por la robótica», ha remarcado.
«En España hemos empezado tarde»
En este sentido, precisamente, el Dr. Sánchez Encinas, jefe del servicio de Urología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos ha recordado que el robot quirúrgico Da Vinci llegó por primera vez a un hospital público gracias a una donación de la Fundación Esther Koplowitz, que decidió donarlo al Hospital Clínico de San Carlos en junio del 2006, lamentando lo «tarde que se ha empezado en España, sobre todo en el sistema público en el que tenemos que sacar el máximo partido a esta tecnología, incorporando el mayor número de especialidades y atendiendo al mayor número de pacientes».
Algo que secunda el Dr. Pérez-Lanzac, que ha recordado que Vithas Internacional también apostó por la robótica hace muchos años, «si quieres ser pionero, debes estar a la vanguardia, tanto desde el punto de vista de recuperación del paciente, como de resistencia del médico».
«La cirugía no es exacta, ni siquiera la robótica»
Los tres expertos en urología han insistido en aclarar que en la cirugía robótica el que opera realmente no es el robot, si no que se trata de una cirugía asistida por el médico. «La cirugía no es exacta, ni siquiera la robótica. No metemos unas coordenadas y la máquina opera, somos nosotros los que tomamos las decisiones», ha señalado el Dr. Moncada. Una complejidad en el proceso en la que ha incidido el Dr. Sánchez Encinas, señalando la concentración adicional que se necesita para manipular un brazo robótico «pierdes percepción háptica porque no son tus manos realmente las que están operando, pierdes sensibilidad». Por su parte, el Dr. Pérez-Lanzac han augurado que la mayor parte de los urólogos acabarán siendo cirujanos robóticos «porque facilita la labor y mejora los resultados, además es el paciente el que pregunta ya por este tipo de cirugía».
«En neurocirugía, cada milímetro de precisión cuenta»
La aplicación de la robótica a la Sanidad ya lleva un largo recorrido, pero en el campo de la neurología, sin embargo, está «prácticamente empezando», ha explicado el Dr. Rodríguez Domínguez recordando que, en su caso, el robot que utiliza su departamento, el Excelsius GPS fue aprobado en 2017 y no llegó al Hospital de La Paz hasta el año pasado. «Las tasas de precisión de esta tecnología están en torno a un 98-100%, algo que en patología cerebral y vertebromedular son cifras increíbles».
«En neurocirugía es muy importante la funcionalidad, tenemos que respetar estructuras para no generar un déficit neuronal al paciente. Se trata de evitar lesiones medulares, pero también de grandes vasos y cada milímetro de orientación cuenta», ha añadido, insistiendo en que desde La Paz quieren reducir la cifra de error actual (en torno al 8-10%) con un proyecto pionero llamado Mal posicionamiento 0. «Las cifras en medicina son vidas, y tenemos que intentar mejorarlas, o al menos no empeorarlas», ha concluido.