Bajo investigación

El desconocimiento que rodea los casos de hepatitis aguda infantil limita los hábitos preventivos

La Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid trasladó el aviso al sistema sanitario madrileño, con objeto de identificar posibles casos, el pasado mes de enero

Algunos de los niños hospitalizados en Inglaterra dieron positivo por SARS-CoV-2 y otros por adenovirus, pero no existe una conexión clara entre los casos reportados

Hepatitis aguda
La hepatitis aguda es una inflamación del hígado y su origen es múltiple.

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La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha estado investigando tres nuevos casos aislados de niños infectados con hepatitis aguda severa procedentes de Madrid, Aragón y Castilla La-Mancha. Estos menores ya están recuperados y dados de alta, pero actualmente en Galicia se investigan otros dos nuevos posibles casos de hepatitis aguda infantil, aunque la Dirección General de Salud Pública de la región ya ha informado de que ambos afectados cumplen con los criterios del diagnóstico.

Aunque el origen de los contagios es, por el momento, desconocido, y tras la alarma social que había supuesto el suceso, ya que se especulaba su relación con la vacunación frente a la Covid-19, la Consejería ha asegurado en un comunicado que «las primeras investigaciones en el ámbito internacional indican que la enfermedad no está relacionada con la vacunación frente al coronavirus ni con casos de infección».

La señal de aviso fue puesta en marcha por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a raíz de los casos detectados en la población infantil del Reino Unido, concretamente en Escocia. «En virtud del Reglamento Sanitario Internacional, la Dirección General de Salud Pública trasladó este aviso al sistema sanitario madrileño, en especial a las unidades de cuidados intensivos pediátricas, con objeto de identificar otros nuevos, también con carácter retrospectivo- desde el pasado mes de enero». Así lo explicaba la Consejería en el comunicado.

En un documento del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), que ha sido actualizado este mismo martes, la institución señala que «los virus comunes que pueden causar hepatitis (A, B, C, D y E) no se han detectado en ninguno de los casos». Sin embargo, añaden, «algunos de los niños hospitalizados en Inglaterra dieron positivo por SARS-CoV-2 y otros por adenovirus». A pesar de ello, «actualmente no existe una conexión clara entre los casos reportados y tampoco se conoce ninguna asociación con los viajes».

Aunque la mayoría han evolucionado de manera favorable, como en el caso de los tres pacientes ingresados y tratados en el Hospital de La Paz, que ya están dados de alta, un pequeño porcentaje de todos los afectados en Europa ha precisado trasplante hepático, uno de ellos en España.

Por su parte, la coordinadora del Grupo de Trabajo de Hepatología de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP), la doctora Cristina Molera Busoms, invita a la calma y asegura que, con la información disponible, «no debemos generar alarma social porque, de momento, no se ha observado un aumento inusual de los casos».

A tener en cuenta: ¿Qué sabemos?

La hepatitis aguda es una inflamación del hígado y su origen es múltiple: infeccioso, alcohólico, por fármacos y tóxicos, metabólico y autoinume. En el caso concreto que nos concede la situación, las investigaciones actuales has descartado las causas habituales por virus comunes de la hepatitis (según la OMS, cada año se registran cerca de 1,4 millones de muertes a nivel mundial por esta causa) y se investigan otras de tipo infecciosas, tóxicas o químicas, según ha asegurado la Asociación Española de Peadiatría (AEP) tras la publicación del comunicado internacional de la OMS, donde, además, no se descarta la aparición de nuevos virus.

Para prevenir complicaciones, la doctora Molera llama a la precaución y aconseja: «Si una familia detecta que su hijo o hija presenta algún tipo de coloración amarilla en la piel o en los ojos, que suele ser la señal más evidente, o si se aprecia la orina con una coloración muy oscura, lo mejor es acudir rápidamente a su centro médico más próximo».

Y añade: «Lo más habitual es que la hepatitis curse con pocos síntomas o con algunos generales, como cansancio marcado, dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea». Otros más específicos son la ictericia (coloración amarilla de piel y mucosa), la coluria (coloración oscura de la orina), la acolia (deposiciones con una coloración muy clara) o picor en la piel.

Dado que los casos no están relacionados con los virus conocidos y habitualmente responsables de la enfermedad, el desconcierto es aún mayor y los expertos no se atreven a realizar recomendaciones específicas. Sin embargo, advierten de que, por lo general, como la enfermedad se suele transmitir por contacto o por vía sanguíneas, para evitar o minimizar el contagio debemos reducir la interacción social y aumentar la higiene.

También es recomendable lavarse las manos con mayor frecuencia y cubrirnos la boca al toser con la parte inferior del codo. Las hepatitis conocidas también se pueden transmitir a través de alimentos contaminados, productos poco cocinados o incluso por fluidos corporales o relaciones sexuales.

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