Consejos para el descorche de vinos espumosos en Navidad y no dañar los ojos por traumatismos
Los oftalmólogos exploran “el lado oscuro” de las costumbres navideñas
El corcho sale disparado a 80 kilómetros por hora
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Tengan cuidado esta Navidad, advierten los expertos en un artículo publicado por la revista científica British Medical Journal: las lesiones en los ojos por traumatismos al abrir botellas de espumoso pueden ser serias y, sin embargo, relativamente fáciles de evitar.
El equipo de expertos liderado por Ethan Waisberg firma en dicha publicación un artículo en el que admiten que “es posible que parezca una precaución excesiva, pero el hecho es que las lesiones por corcho de botella suelen pasarse por alto y, no obstante, constituyen una amenaza sustancial para la salud ocular”.
A 80 kilómetros por hora
El grupo explica que la presión de una botella de 750 ml de champán u otro vino espumoso es tres veces mayor que la que hay (según los estándares) en
el neumático de los coches. El corcho de una botella puede salir a una velocidad de 80 kilómetros/hora a una distancia de hasta 13 metros. “Es más, el corcho de una botella puede desplazarse de su posición al ojo en
menos de 0,05 segundos, lo cual hace que el reflejo de cerrar el párpado no
sirva para nada (no da tiempo). El impacto de un corcho en el ojo en esas
condiciones puede causar ceguera permanente, desprendimiento de retina y
desplazamiento de las lentes oculares, entre otras lesiones”, han advertido los expertos.
De hecho, han usado como ejemplo el caso del ciclista Biniam Girmay, que
abriendo una botella de ‘prosecco’ en el podio para celebrar su victoria en el Giro d’Italia recibió el impacto del corcho y tuvo que abandonar la siguiente fase de la competición por ese motivo.
Según recuerdan, hay varios estudios que han analizado las consecuencias de lesiones oculares por impacto de corcho. Por ejemplo, un trabajo publicado en 2005 mostraba que los corchos de botellas de champán habían causado un 20% de las lesiones oculares relacionadas con uso de botellas en Estados Unidos. En Hungría eran el 71%. Aunque muchos de los afectados por este tipo de lesiones mejoraron, el estudio planteaba que, en el 26% de los casos de daños por bebidas a presión, los afectados fueron declarados ciegos legalmente.
Una revisión científica publicada en 2009, con 34 casos de lesiones provocadas por corchos y otros tapones de botellas de espumoso en Italia mostraba lesiones serias, incluyendo hemorragias en las lentes oculares desplazadas por el impacto y formación de cataratas por traumatismo. Las complicaciones incluían alteraciones en la movilidad de las pupilas, separación del iris, degeneración macular y glaucoma.
Estos estudios muestran la necesidad de tomar medidas para informar a la
población y prevenir estas lesiones. Entre esas medidas deberían incluirse etiquetas y materiales alternativos para el embotellado, como tapones de tipo rosca, para proteger a los consumidores, según estos especialistas.
Consejos
En esa línea, ofrecen varios consejos prácticos para reducir el riesgo de que se produzcan daños en los ojos a la hora de brindar, de acuerdo con las guías de la Academia Americana de Oftalmología.
Por ejemplo, recomiendan que se deje reposar un poco la botella antes de
abrirla para reducir la presión y la velocidad a la que el corcho sale disparado, poner la botella en un ángulo de 45 grados, dirigiéndola hacia un ángulo separado de nosotros (y de otras personas) y contrarrestando la fuerza con la que el corcho saldrá presionándolo hacia abajo.
Si se produce una lesión, los autores del artículo recomiendan acudir
rápidamente a la consulta de un oftalmólogo para reducir al mínimo las posibles complicaciones. “Brindemos por un excelente Nuevo Año, manteniendo las burbujas en nuestros vasos y el brillo en nuestros ojos”, dicen para terminar.
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