Vicente Gil: «Sánchez, la ‘Ser’ y los bulos es como Hannibal Lecter en un congreso de neurocirugía»

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Los jueces del Supremo están dando una lección de resistencia. Hoy han resuelto que la amnistía no es aplicable a la malversación, manteniendo activa la orden de detención de Carles Puigdemont.

El prófugo podrá votar, sin embargo, en el Parlament de Cataluña porque el PSC de Illa ha pactado con Junts y ERC que pueda hacerlo, lo que sugiere que Puigdemont está en la misma ecuación política que Illa y ERC. O sea, que Sánchez.

El PSOE y Sánchez lo han tenido a huevo para dejar a Puigdemont fuera de juego del todo y, sin embargo, han salido a su rescate para que pueda votar desde eso que llama «el exilio». De manera que no descarten el esperpento de verle presentarse a la Generalitat desde el «exilio» gracias al PSOE.

Puigdemont y Junqueras se han visto, mientras, en secreto en Waterloo. Se supone que para pactar una lista electoral conjunta si se repiten las elecciones en octubre. Ganarían a Salvador Illa de calle, que es lo que está deseando Sánchez para que Puigdemont sea presidente y él pueda seguir en Moncloa.

Toni Comín, compañero fugado de Puigdemont, se ha quedado, por ahora, sin el acta de eurodiputado porque (como es natural) no se ha presentado esta mañana en el Congreso en Madrid para acatar la Constitución. Hubiera sido un puntazo. Una de ERC se ha puesto chulita y cuando le han recordado que se quedaba sin el acta y el sueldazo ha acatado la Constitución sin rechistar. Los juramentos de la Constitución en España son un cachondeo inaceptable.

Tampoco ha ido Teresa Ribera, que se queda en el Gobierno. Esto es lo que le importaba a Sánchez las elecciones europeas. El número 1 de su lista el 9J era un fake total. Parece que Von der Leyen no iba a tragar con Teresa Ribera como comisaria de Energía o Agricultura. Feijóo le cerró el paso en el PP europeo.

Una cosa es llevarse bien con Sánchez porque Von der Leyen necesita los votos del Grupo Socialista europeo para salir elegida presidenta de la Comisión y otra es que la teutona olvidara que el PP español tiene 22 votos que necesita también para su reelección. Von der Leyen debe tener en cuenta que sorpresas te puede dar la vida y que la votación a la presidencia de la Comisión será secreta.

Von der Leyen no cae bien entre todos los populares europeos, ha sido candidata por los pelos y hace cinco años salió elegida por unos pocos votos. La alemana está haciendo equilibrios con los suyos y los ajenos en Estrasburgo para asegurarse el puesto.

Si cumple lo hablado con el PP español, Von der Leyen debería romper su hechizo de amor con Sánchez en esta legislatura y acelerar la oposición de la Comisión a la amnistía de Sánchez camino de abrirle un procedimiento de advertencia a España para ponerlo a la altura de Orban.

Sánchez es un carota y un mentiroso que hará lo que pueda por asaltar la Justicia y nombrar magistrados con carné, pero, por ahora, ha tenido que firmar con el PP el pacto del CGPJ porque en unos días va a emitirse el Informe sobre la situación del Estado de Derecho en la Unión, hay un capítulo sobre España y, sin ese acuerdo, hubieran podido peligrar algunas partidas pendientes de fondos europeos. La pasta es lo único que le importa porque no le cuadran los presupuestos para seguir comprando votos.

Veremos si Von der Leyen cumple -una vez elegida presidenta de la Comisión- lo que se ha comprometido a hacer a cambio de los 22 votos del PP español. Y no me refiero sólo a los cargos institucionales en el Parlamento Europeo u otras instituciones.

Sin duda, Europa empieza una legislatura diferente. La victoria de Le Pen en Francia, que tiene completar el 7 de julio frente a todos los demás, es un síntoma más del reto que tiene por delante la maquinaria política de la Unión: la realidad que viven los ciudadanos en las calles, en los campos, con la inmigración, la delincuencia, el Pacto Verde, la competencia desleal de terceros, la islamización, la agricultura, etc. frente a la endogamia burocrática de las moquetas y despachos de Bruselas y Estrasburgo. Los franceses han votado mayoritariamente a quien ha respondido a sus preocupaciones y problemas sin complejos.

Está por ver que, aunque gane, Le Pen pueda gobernar para poder sacar adelante toda su agenda política, que empieza a rebajar de forma pragmática como Giorgia Meloni, especialmente en su furibundo antieuropeísmo. Su victoria en Francia y el brillo de Meloni en Italia, aunque entre ellas no haya química y sigan en grupos diferentes, va a cambiar las relaciones y juegos de poder en Bruselas.

Meloni asoma como la única líder que destaca entre esa pléyade de personajes grises que pueblan el Consejo Europeo y es -ya- objeto de deseo de los populares. Lo veremos en los segundos escalafones del poder de la Unión en las próximas semanas.

Pero volviendo a nuestro Nicolasito patrio, a nuestro Pedro Chávez. Como todo en él es un fake, hoy se ha ido a hablar de bulos y pseudomedios a la cadena SER con Ángels Barceló. No ha podido elegir mejor espacio. La SER es como la catedral de la desinformación oficial en favor del gobierno y Barceló uno de sus sumos sacerdotes junto a Intxaurrondo en TVE. Sánchez se ha permitido hablar de la financiación de los medios y de la publicidad institucional (con la que riega a los suyos).

Claro. Lo de Sánchez en la Ser hablando de bulos es como Hannibal Lecter en un congreso de neurocirugía. El Grupo Prisa no aguantaría en pie sin la ayuda económica (directa e indirecta) del Gobierno de Sánchez (como las que recibió del PP). El gobierno ya tiene el 7% del capital a través de empresarios afines beneficiados por Sánchez con ayudas y fondos públicos y aspira al control total.

Tan es así que ya piensan en hacerse con un canal en la TDT que podría ser el que dejen Ten o Gol TV. José Miguel Contreras le ha hecho el encargo a su comisario político primero en Telemadrid y luego en TVE, José Pablo López, que le tiene un aire a Anthony Perkins en Psicosis.

JP, como le gusta que le llamen para darse importancia y que habla mucho por los restaurantes de Madrid desde sus tiempos en la tele regional, está ya trajinando en su cabecita, que no para ni durmiendo, el proyecto de Contreras.

El caso es que, en un sitio como la SER, Sánchez ha anunciado que el día 17 llevará al Congreso eso que llama ‘Regeneración Democrática’, que es como la Memoria Democrática (ellos imponen siempre ese término) pero para acallar periodistas y cerrar medios críticos que investiguen a su mujer, a su hermano o a Koldo y la corrupción en el PSOE ahora que Conde Pumpido va a librarles de los ERE.

Da igual, señor Sánchez. Seguiremos sacándole los trapos sucios, que los tiene y muchos en su «entorno», que dice el PP a veces. Sánchez ha defendido en la Ser que «no hay nada reprochable en las actividades profesionales» de Begoña Gómez y, al mismo tiempo, que el Fiscal General del Estado está haciendo una buena labor y que no hay motivos para que dimita. Con esto está todo dicho.

Y eso que esta semana, o en unos días, es posible que Álvaro García Ortiz termine imputado por el tema del novio de Ayuso, al que vamos a terminar haciéndole un monumento. Nunca un tiro pudo salir tanto por la culata como este.

El gesto tenso y de tirano con el que iba respondiendo a Àngels Barceló le delata. En Venezuela daría miedo. Aquí, afortunadamente, aún queda Europa por lenta que sea.

La semana es complicadita para nuestro Madurito nacional. El Supremo le ha dado hoy un buen revolcón a su amigo Puigdemont y su mujer, Begoña Gómez, pasará el viernes por el juzgado. A ver si se hace el paseíllo por la puerta como en el mitin de Benalmádena o la meten por el garaje. O se escaquea con alguna excusa.

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