Turismo: derecho o lujo

China, Turismo, Europa, España,

En noviembre de 2018 con motivo de la visita de Estado a España del presidente de China Xi Jinping, la corporación municipal le hacía entrega de la Llave de Madrid. En agradecimiento, en sus palabras a los concejales que estábamos allí congregados, además de compartir que esa llave iba a servir para abrir aún más la puerta de la amistad y el intercambio entre nuestros países, nos hizo una confesión. En su juventud había visitado nuestra ciudad como estudiante mochilero y guardaba un recuerdo muy grato de nuestra acogida y hospitalidad en aquella estancia de varios días por Madrid. Vaya lujo de visitante y que suerte saber que lo hicimos bien.

Décadas más tarde, esa es quizás una de las claves de Madrid, uno de los destinos urbanos más visitados del mundo en 2023 junto con Paris y Dubái.  Mantener un espíritu de acogida al visitante, la autenticidad de nuestro carácter y una buena infraestructura son los ingredientes fundamentales. Se ha producido una modernización de las 75.000 plazas hoteleras, muchas de ellas en los 37 hoteles de cinco estrellas. Se han desarrollado unas infraestructuras que ya nos comunican con 71 países en 396 rutas distintas. Tenemos una gran seguridad en multitud de opciones de ocio y compras, contando además con restaurantes que acumulan 36 estrellas Michelin, así como el mejor compendio de museos, parques y jardines.

El turismo hoy vuelve a ser una pieza clave de nuestro comercio internacional con un saldo positivo de 18.900 millones de euros para los primeros cuatro meses de 2024, último dato publicado. Tras el tremendo punto de inflexión, que supuso la pandemia, que nos mantuvo encerrados durante meses, cancelando vuelos y reservas hoteleras, es claro que el gasto medio en turismo a nivel mundial ha vuelto a su ritmo de crecimiento previo a 2020. 

Y en este contexto el turismo masivo se ha convertido en un gran desafío para muchas ciudades. Lo es sin duda para aquellas que cuentan con menos experiencia, infraestructuras y con cifras más discretas que las ciudades de España como son aquellas de los Países Bajos, Islandia o Alemania. Diferentes tasas y medidas son puestas en marcha para hacer compatible la preservación del patrimonio cultural y natural con los beneficios que el turismo aporta en ingresos y en empleo a la economía. 

Algunos destinos turísticos próximos al colapso, donde prácticamente ya no quedan residentes como Venecia, un parque temático más que una verdadera ciudad, han puesto en marcha un sistema vía QR para aquellas visitas turísticas realizadas de 8,30 a 16 horas con un coste de 5 euros para tratar de descongestionar el maravilloso carnaval y los fines de semana.

Pero, ¿tiene sentido copiar miméticamente esas medidas en un país cuya segunda industria es el turismo?

Existe un debate en torno al turismo, con un planteamiento disyuntivo que intenta polarizar entre dar prioridad al turista o al residente. Olvidando que ambos deben tener igualdad de trato y exigencia en esa necesaria interacción, llamada experiencia en el destino, que se produce durante la visita. 

El turismo hoy, siendo importante para la economía es también importante para la antropología. Es un símbolo de libertad, de acogida, de apertura, de descanso, de aprendizaje, de conocimiento mutuo y de intercambio cultural. En suma, de respeto al diferente que nos visita.

Por eso no puedo validar el dilema creado artificialmente para intentar dividir una vez más a nuestra sociedad. Fomentar el odio al turista en una sociedad abierta y libre es un suicidio social y económico. 

El turismo es una conquista social interclasista y por esa razón debe estar al alcance de la mayoría. Todos en algún momento nos sentimos turistas y me niego a contraponer el mal llamado turismo de masas al turismo de élite. Si lo hacemos bien y con respeto, ambos son enteramente compatibles y pueden ser desarrollados por nuestros destinos urbanos. 

Esto no significa que no haya que establecer normas y controles, legales y de urbanidad, para conseguir un buen equilibrio entre visitantes y residentes. Pero el mensaje de que solo unos pocos deben tener el derecho a hacer turismo me parece erróneo e injusto.

En un reciente Foro de ideas y reflexiones celebrado en el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), organizado por Madrid Open Cities y Elite Excellence-Federación Española de Lujo se dieron varias claves, en el marco de la cooperación institucional y con el sector privado, para mantener el éxito de un destino consolidado. 

La primera consiste en esponjar el turismo, desconcentrar, descentralizar y desestacionalizar. Dar valor a las diferentes alternativas de ocio y cultura, coordinando eventos que son complementarios entre sí.  Recordemos que España es capaz de acoger anualmente a más de 85 millones de visitantes, último dato anual disponible de 2023.

En segundo lugar, desarrollar normas y regulaciones turísticas modernas, claras y estables. Sencillas de cumplir tanto para el visitante como para el propietario de servicios y alojamientos turísticos. Unas normas periódicamente supervisadas por la administración competente que permitan la sana competencia legal con los sectores regulados, hotelero y hostelero.

En tercer lugar, facilitar apoyo institucional y financiero tanto para el talento emergente que es que desarrolla y prueba nuevas opciones de ocio como aquel destinado a cuidar lo tradicional, incluido el comercio, hostelería y alojamiento centenario que hace del destino turístico algo autentico, diferenciable, recomendable y recordable por nuestros visitantes.

Y finalmente, contar con unos servicios públicos de calidad, manteniendo tanto un entorno de seguridad y limpieza como una buena movilidad accesible para los lugares a visitar.  

En definitiva, solo si tenemos las mejores ciudades para los vecinos residentes, lo serán también para los turistas que nos visitan y para los inversores que nos apoyan en el desarrollo de estas.

Iter non est opulencia

José Luis Moreno, economista, ha sido director de Economía en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid. Analista económico y empresarial.

Lo último en Opinión

Últimas noticias