La UE tapa la boca al vendedor de burras cojas

La UE tapa la boca al vendedor de burras cojas

Mientras el presidente del Gobierno comparecía en una de esas ruedas de prensa convertidas en instrumento de propaganda para sacar pecho por el proceso de vacunación y ponerse la «medalla de oro» mundial (la vanidad de este personaje se presta al psicoanálisis), la UE expresa su «gran preocupación» por el incremento del virus en España. Es más: el Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades sólo sitúa dentro del rango de alarma a nuestro país y Portugal. De eso, obviamente, Pedro Sánchez no dijo ni palabra. Antes de la rueda de prensa de ayer, Sánchez ya aprovechó su visita a Estados Unidos para afirmar que quiere «ser recordado por la respuesta a la pandemia». Y ni corto ni perezoso, añadió: «Creo que los españoles agradecerán y valorarán muy positivamente lo que hicimos en estos difíciles momentos de nuestra Historia y de la Historia de la Humanidad».

Lo cierto es que Sánchez se apunta en exclusiva el éxito de la vacunación, que corresponde a las Comunidades Autónomas. Sobre la propagación del virus en España, Sánchez se limitó a asegurar que «sigue aquí», aunque remarcó que se ha producido una «estabilización en la curva de contagios». Sánchez, por supuesto, pasó por encima el hecho incuestionable de que siendo España una de las naciones con el proceso de vacunación más adelantado, la incidencia del virus es la más alta de la UE, ignorando que el Gobierno despreció en un principio la extensión en nuestro país de la cepa india, de la que llegó a decir que tendría una influencia «residual». Si a esto le añadimos el hecho de que seguimos sin un plan alternativo al estado de alarma y que las Comunidades carecen de un instrumento jurídico que les permita aplicar medidas inmediatas en función de la evolución de la pandemia, el optimismo de Sánchez no es más que una reacción impostada propia de un vendedor de burras cojas.

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