Transforma lo que quieras, Begoña, pero sin aprovecharte del cargo de tu marido

Begoña Gómez

Todos los proyectos empresariales que acometa la poli imputada -tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida, intrusismo y malversación- mujer del presidente del Gobierno son legítimos, mientras Begoña Gómez no haga lo que sospecha que hizo la Audiencia Provincial de Madrid: aprovechar su proximidad al presidente del Gobierno «para vender favores u ofrecer supuestas influencias, siempre, eso sí, a cambio de contraprestaciones de la más diversa índole».

En los últimos meses, ha aprovechado para lanzar su nuevo proyecto: una plataforma, Hub Social Sostenible, con la que pretende suscitar el interés de empresas privadas y organizaciones del Tercer Sector. En la figura de la mujer del presidente del Gobierno, la línea que separa lo público de lo privado es muy delgada, razón por la que Begoña Gómez la ha traspasado presuntamente con una ligereza inaceptable.

Por tanto, esa premisa -la de no utilizar su condición de esposa del jefe del Ejecutivo- es la que debe guiar su comportamiento y sus actividades profesionales. Ahora cuenta con una página web ya desarrollada, en la que pide la colaboración de empresas y otros interesados. «Hub Social Sostenible nace de una mirada interdisciplinaria sobre los desafíos sociales y ambientales actuales, con el propósito de generar y compartir soluciones concretas que, desde una perspectiva local, contribuyan a un impacto global. Su propósito es que las empresas y otras organizaciones integren los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible, «una oportunidad para transformar el mundo que nos rodea», se afirma. Pues muy bien. Fenomenal.

Que Begoña Gómez pretenda ofrecer su experiencia para transformar el mundo no tiene nada de particular, pero que pretenda hacerlo sirviéndose de su proximidad al presidente del Gobierno es otra cosa bien distinta. Porque si Begoña Gómez no fuera la mujer de Pedro Sánchez, su propósito de vender sus proyectos de transformación del planeta tendrían, obviamente, una evidente limitación. Es más, cualquier otra Begoña Gómez sería más cauta a la hora de fijar objetivos. Porque eso de «transformar el mundo» suena mucho a Pedro Sánchez.

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