Sánchez vende el alma del PSOE al diablo

Para que luego digan que entre el socialismo y Bildu no hay ningún pacto. Cómo será la cosa que para que Sánchez siga apalancado en La Moncloa, la última ponencia nacida del 40 Congreso Federal del PSOE celebrado hace días en Valencia ha suprimido las alusiones al terrorismo de ETA que sí figuraban en el documento anterior, aprobado en 2017, cuando Sánchez tomó de nuevo las riendas del liderazgo socialista. Juzgue el lector: entonces decían que «ETA amenazó y asesinó a miles de personas coartando la libertad de la sociedad. Los socialistas nos comprometemos a reivindicar y poner en valor la labor de miles y miles de compañeros socialistas resistentes que plantaron cara al terror, muchas veces en soledad y sin la comprensión ni el apoyo de la sociedad o las instituciones públicas. En ese sentido, todas las víctimas del terrorismo deben ser vistas como ejemplo de dignidad por representar el valor de la entereza ante el daño injusto de la violencia terrorista, y merecen nuestra comprensión y cariño».

¿Y ahora? Ahora, nada más que una alusión genérica a las «víctimas del terrorismo», sin mención alguna a ETA. El sanchismo se limita a señalar, como medida, el «refuerzo de la construcción de la memoria pública en materia de víctimas del terrorismo», que incluyen, además, dentro de un párrafo sobre «convivencia democrática» y «seguridad ciudadana» en el que mencionan aspectos tan diversos como los «planes de convivencia en centros escolares», la modernización del sistema penitenciario, el «reto demográfico» o la recuperación de agentes de Tráfico.

Las comparaciones son odiosas, pero lo más indignante es comprobar cómo el socialismo actual ha abdicado de sus viejas convicciones y ninguneado de manera rastrera la memoria de todos aquellos socialistas que fueron asesinados vilmente por una banda terrorista cuyos herederos políticos son hoy los aliados de Pedro Sánchez. Asco y vergüenza. El secretario general del PSOE ha vendido el alma de su partido al diablo.