Sánchez tiene claro que a los amigos hay que cuidarles
Que cada cual saque sus conclusiones: el Gobierno socialcomunista ha aprobado un decreto en defensa y apoyo del sector cultural ante la pandemia de coronavirus dotado con 76 millones de euros, mientras una semana antes aprobó destinar fondos para la investigación frente al Covid-19 con un montante de 30 millones de euros, es decir menos de la mitad que la generosa partida impulsada por el Ministerio de Cultura.
El que no llora no mama. Después de que la progresía que se arroga la condición de representantes de la cultura nacional plantara cara al ministro José Manuel Rodríguez Uribes por no plegarse a sus exigencias, Sánchez entendió que no ponerse a las órdenes de un colectivo afín -salvo honrosas excepciones- a la causa socialcomunista podía salirle muy caro. Y el último Consejo de Ministros ha aprobado una batería de medidas para evitar la bancarrota del sector cultural: una lluvia de millones que contrasta con los 29,65 millones concedidos para «el desarrollo de proyectos y programas del Instituto de Salud Carlos III y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que ya tienen en marcha varios proyectos relacionados con el nuevo coronavirus».
Por supuesto que hay que proteger al sector de la cultura (y al resto de sectores, muchos de los cuales siendo esenciales siguen esperando sentados), pero lo que choca es la diferencia de trato entre una partida y otra en un momento en que lo esencial es invertir en investigación para combatir la pandemia. Y no se trata de enfrentar a un sector contra otro, sino de establecer un orden de prioridades. La ayuda al sector cultural es generosa si tenemos en cuenta que al sector científico se le ha dado menos de la mitad. Comparen ustedes las ayudas a un sector y a otro y observen como no todos somos iguales a ojos del Gobierno socialcomunista.
Sánchez tiene claro que a los amigos de la cultura hay que cuidarles. No en vano son uno de sus graneros de voto