Sánchez, no juegues con nuestro dinero

Pedro-Sánchez
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (FOTO:EFE)

La llamada de atención de la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, debería ser tomada con sumo cuidado por nuestros representantes políticos: «Desde hace dos meses el teléfono suena menos para comprarnos activos». Estas palabras de la mujer que dirige la institución bancaria más importante de Europa resume cómo se está comportando el mercado financiero internacional debido a la ingobernabilidad que se ha instalado en España. Botín, al igual que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, apuesta por un Gobierno estable para apuntalar la recuperación económica que asoma en el horizonte patrio desde hace dos años. Un Ejecutivo fiable que atraiga y garantice una inversión extranjera imprescindible para no quedarnos a medias en la recuperación tras siete años de crisis.

No estaría de más que Pedro Sánchez reflexionara sobre estas palabras, empeñado como sigue en ser presidente aunque sea a costa de pactar con Podemos —hijos predilectos de las dictaduras de Irán y Venezuela— y con los nacionalistas catalanes de CDC, herederos de la corrupción al 3% y del mayor clan delictivo de toda Europa: Jordi Pujol y familia. Ahora que aún está a tiempo, debería seguir los consejos de las voces más experimentadas de su partido y perseguir, si se siente legitimado, su anhelo de ocupar La Moncloa en base a un gran pacto entre las fuerzas constitucionalistas moderadas: PP, PSOE y Ciudadanos.

Esa combinación sería la mejor para no dejar en papel mojado las previsiones del Fondo Monetario Internacional que, a principios de año, nos daba un crecimiento al 2,7% en 2016 y del 2,3% en 2017, el mayor entre las principales economías europeas. El FMI supeditó ese ritmo a la conformación de un Gobierno estable, algo que brilla por su ausencia un mes después de las elecciones generales del 20 de diciembre. De hecho, en este lapso de inestabilidad y experimentos que vivimos desde entonces, la inversión foránea ha caído a mínimos de hace 20 años.

Urge que España encuentre a los estadistas que hagan girar la rueda. Un Ejecutivo alejado de egoísmos y sustentado en acuerdos que defiendan la inexcusable unidad nacional, regeneren la política e impulsen la economía para aprovechar una coyuntura que nos puede situar en la Champions League del crecimiento económico tras un larguísimo periplo por el purgatorio de la crisis. Pedro Sánchez ha de estar a la altura del PSOE, un partido esencial en la historia democrática de nuestro país y que tiene nuestro futuro y el de nuestros hijos supeditados a su decisión final.

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