Religiones de primera y de segunda

Decíamos ayer que Pedro Sánchez estaba utilizando la desescalada para agraviar a los católicos, pero un estudio en profundidad de las normas aprobadas por el Gobierno  permite ir más allá y concluir que el Ejecutivo les está dispensando un trato discriminatorio frente a otras religiones.

La normativa del Gobierno para la desescalada y el pase a la Fase 1 prohíbe los actos religiosos al aire libre: procesiones, romerías o cualquier otro acto que se quiera practicar en la calle o en un camino, pero, sin embargo, si quienes participan son musulmanes, «los actuantes (la Policía) valorarán la conveniencia de que finalice el rezo en aras a evitar posibles desórdenes”. El entrecomillado responde a la orden de servicio trasladada por el Ministerio de Interior y que rige las normas de actuación de los agentes. O sea, que si quienes rezan en la calle son musulmanes, la recomendación es que para evitar desórdenes se les permita finalizar la oración. Parece obvio que la orden de servicio es toda una invitación a los policías para que no intervengan.

Ahora bien, si quienes rezan en la calle son un grupo de católicos se les aplicará a rajatabla  la normativa del Gobierno que impide la oración en la calle, porque para ellos no existe ninguna orden de servicio del Ministerio de Interior que recomiende a la Policía valorar si procede que se les permita terminar de rezar.

La prohibición de los actos religiosos al aire libre está recogida en la muy reciente Orden SND/399/2020, de 9 de mayo, para la flexibilización de determinadas restricciones de ámbito nacional, establecidas tras la declaración del estado de alarma en aplicación de la fase 1 del Plan para la transición hacia una «nueva normalidad».

La orden es genérica en referencia a todos los actos religiosos, pero lo que es particular es el tratamiento específico que se les concede a los musulmanes. Dice así: “Práctica religiosa en vía pública con participación de un número indeterminado de personas: se advertirá por megafonía el incumplimiento del Real Decreto de Estado De Alarma, conminando a cesar la actividad. Caso de no cesar el rezo, se valorará dejar finalizar el mismo al objeto de evitar alteraciones del orden».

Para el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez está claro que no todos somos iguales y que hay religiones de primera y de segunda.