Regreso al siglo XX
El siglo pasado España sobrevivió a fuertes tensiones políticas y sociales. La II República, intentos de romper el Estado (Cataluña), convulsiones sociales, crímenes políticos, golpe de Estado y una guerra entre españoles en un mundo que superó dos guerras mundiales. Y un periodo posterior conocido como “Guerra Fría” entre el comunismo y el capitalismo, Oriente y Occidente, dictadura y democracia.
España superó la guerra civil y una dictadura de los ganadores durante 37 años. Los más radicales y fanáticos de ambos bandos se enfrentaron con crímenes políticos, quema de iglesias, violencia, caos, inseguridad, terratenientes, privilegios, explotación, pobreza… La bestia fascista despertó, declaró la guerra, ganó y nos impuso una larga dictadura. Los que perdieron la guerra, de haber ganado, no habrían traído la democracia sino otra dictadura como la fascista, comunista y sangrienta, que existió en la URSS hasta 1991. Todas las dictaduras aplastan la disidencia, imponen el pensamiento único, exigen adhesión a sus valores y acaban con la libertad.
Llegó la democracia. El jefe del Estado fue designado por el dictador y los partidos políticos asumieron el papel del Movimiento Nacional. Elaboraron una Constitución que fue votada, exitosa por la transición pacífica de dictadura a democracia (partidocracia), que no impidió que se reproduzcan hoy tensiones territoriales, desigualdades, explotación laboral y el eterno debate sobre la bandera, República o Monarquía. Otra vez, España está enfrentada en el discurso de bandos, ideologías y odios ignorando la transición y su espíritu, el “No estoy de acuerdo con lo que dices pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo” de Voltaire.
Es necesaria la Ley de Memoria Histórica. Recuperar los cuerpos de víctimas de cualquier bando de cunetas, tumbas anónimas o fosas comunes, y darles sepultura conforme a las creencias de sus familiares. No es necesario quitar nombres de calles de quienes ganaron la guerra y trajeron la dictadura, dejando los nombres de los que la perdieron, líderes comunistas que de ganar habrían impuesto la suya. Eso no es Memoria Histórica, es revanchismo. Hoy, una parte de la izquierda recuerda los crímenes de la dictadura como si fueran de ayer, mientras los terroristas que han seguido cometiendo atentados hasta bien avanzada la democracia están plenamente integrados. Reciben homenajes públicos para escarnio de las víctimas y sus familias. Se insulta al ministro franquista Manuel Fraga, ignorando su tarea en la Transición y se toleran discursos de asesinos terroristas cometidos en democracia. Quieren cambiar el futuro manipulando el pasado.
España es vanguardia mundial en defensa de derechos de la mujer, gais, lesbianas y otros colectivos. No estamos en el siglo XX. No existe en España un solo derecho que tenga un hombre que no tenga una mujer. Al revés. Existen leyes “hembristas” sustituyendo a las machistas vigentes durante siglos, con privilegios que atentan contra el principio constitucional de igualdad. Lo mismo es aplicable a gais o lesbianas. No existe derecho que tenga una persona heterosexual, hombre o mujer, que no tengan ellos. Entonces ¿qué pretenden con su discurso del pasado? La sociedad no permitirá que se dé un paso atrás en derechos de mujeres, gais, lesbianas y otros colectivos, legalmente iguales a los heterosexuales, como no permitirá manipulación de situaciones del siglo pasado, ya superadas con leyes, para conseguir poder y privilegios de gente sin escrúpulos.
Bienvenidos al siglo XXI. Hay problemas de pobreza y uso indebido de dinero público, entre otros. Miles de organizaciones creadas por miles de personas que simulan defender derechos ya conquistados por todos, cuando defienden su dinero, que es nuestro, mamandurrias con las que vivir cómodamente sin trabajar. Corruptos/as que parasitan la débil democracia.