La recepción de la Fiesta Nacional recupera la normalidad

Carmen Enriquez

La decisión de volver a dar a la recepción que ofrece la Casa Real con motivo de la Fiesta Nacional o Día de la Hispanidad su altura institucional no puede ser considerada nada más que un gran acierto. Igual que la finalidad de invitar a 2.500 personas en representación de todas las áreas de la sociedad, desde las más humildes hasta las de los más altos poderes del Estado, ha sido una gran idea para recuperar plenamente esa normalidad más que ansiada por todos los ciudadanos de nuestro país y los de todo el planeta. Pero elevar de nuevo el nivel de la recepción y casi triplicar los invitados entraña siempre más dificultades y supone un reto que había que superar.

La mañana, por empezar por las condiciones meteorológicas, fue brillante, en la que pudieron resaltar todos los aparatos de vuelo sobre el azul del cielo, especialmente los componentes de la Patrulla Águila que dejaron, como siempre, la estela con los colores de la bandera nacional española. El paracaidista descendió de forma perfecta por el cielo madrileño y aterrizó exactamente en el lugar previsto, sin fallos de ningún tipo. Y la Familia Real, a pesar de que tuvo que esperar durante breves instantes a que llegara el presidente del Gobierno, que debía haber estado allí de forma previa para dar la bienvenida a los Reyes y a la infanta Sofía, disfrutaron el desfile, a juzgar por las amplias sonrisas que intercambiaron entre ellos durante la hora larga que duró.

Es verdad que no faltaron los gritos e insultos de los que van siempre a la cabecera del desfile para poner la nota negativa y expresar su rechazo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero los aplausos de los que fueron a compartir los actos festivos y ver a los miembros de las Fuerzas Armadas desfilar por el Paseo de la Castellana sonaron más fuertes que otras veces, muchos de ellos dedicados a la Familia Real.

Mientras tanto, los enormes salones del Palacio Real se iban llenando con los 2.500 hombres y mujeres que habían recibido las invitaciones en la semana previa al 12 de octubre. El Salón de Columnas, el de Alabarderos, la parte posterior del Comedor de Gala y las galerías que dan al patio central, con las ventanas abiertas cuando la temperatura empezó a subir debido al calor humano, se convirtieron en lugares de encuentro de personas que no nos habíamos visto en los dos años anteriores, que celebrábamos el poder estar juntos otra vez y que lamentábamos la desaparición de los que ya no estaban allí porque fueron víctimas de la pandemia del Covid.

La espera para llegar al Salón de Trono fue larga y además tuvimos que aguardar que pasaran las personas más representativas, con cargos oficiales o puestos de gran relevancia empresarial, social, diplomática, religiosa y de otros ámbitos de la ciudadanía, para poder llegar a saludar a don Felipe y doña Letizia en la maratoniana tarea de estrechar la mano de tanta gente. Según los informadores que presenciaron el besamanos de principio a fin, los Reyes tuvieron que hacer algunas pausas, cortas eso sí dada la gente que aún estaba a la espera, para descansar y sacudir sus manos para poder seguir saludando.

Como colofón, lo expresiva y comunicadora que estuvo la Reina con muchas de las invitadas que acudían al Palacio Real por primera vez y también con un puñado de periodistas que a ella le hubiera gustado que fuera mayor. Doña Letizia y también don Felipe, hicieron gala de saber manejar la situación intercambiando opiniones sobre temas de interés general, pero también escuchando asuntos estrictamente particulares de los afortunados que pudimos hablar con ellos.

Todo un éxito hasta el final esta gran y oportunísima recepción para celebrar la vuelta a la normalidad que se prolongó hasta las 3,30 horas más o menos aunque al final parece que también se escabulló Pedro Sánchez antes de que los Reyes abandonaran el Palacio. Una falta que las normas de protocolo consideran incorrecta a no ser que haya una causa real que produzca esa salida anticipada a la de los Reyes.

Lo último en Opinión

Últimas noticias