¿Quién puede querer a esta banda en las instituciones?
Resulta intolerable el trato de favor que Manuela Carmena y su equipo de Gobierno dispensan a okupas y antisistemas en la organización de las fiestas populares de Arganzuela. Intolerable y sospechoso, ya que estos grupos recibirán dinero público para la organización de las celebraciones sin estar inscritos en el Registro de Asociaciones del Ayuntamiento. En teoría, requisito indispensable para cualquier grupo de la capital de España. De hecho, en la mayoría de los casos, pasan meses esperando para poder conseguirlo. Una condición sine qua non para tener un CIF y así poder optar a ingresos y gastos. No obstante, parece que la legalidad y la diligencia en los trámites no está hecha para estos radicales hermanados con la edil de la zona Rommy Arce. Tanto es así que ya se encuentran en el programa oficial, a la misma altura que los Bomberos y los grupos políticos que forman parte del Ayuntamiento de Madrid.
Esperamos que por el bien del dinero público, que con tanto esfuerzo aportan a las arcas públicas todos los madrileños, tanto Arce como Carmena y el resto de representantes de Ahora Madrid tengan en cuenta que sería ilegal aprovechar esta arbitrariedad para financiarse. Los antecedentes, desde luego, no son muy halagüeños. El concejal de Vallecas, Paco Pérez, ya intentó hacer algo parecido troceando contratos menores de hasta 17.000 euros para no tener que sacarlos a concurso público. Idéntico proceder al que han instaurado en los fastos de La Melonera para favorecer a sus afines. Sería conveniente que alguien en el Consistorio diera explicaciones al respecto. Por ahora, esta manera opaca de llevar el asunto no ayuda en nada. Los vecinos piensan, y con razón, que han «secuestrado» sus fiestas. Pase lo que pase, es cuanto menos un contrasentido curioso que bandas sociales tan agresivas en sus pronunciamientos como los antisistema y los okupas claudiquen con tanta facilidad al dinero público de ese sistema que tanto aborrecen.