El PSOE no puede olvidar a sus víctimas de ETA

El PSOE no puede olvidar a sus víctimas de ETA

Durante estas semanas hemos asistido a una simulación de la que en OKDIARIO venimos puntualmente informando de su objetivo final. La simulación es que el PSOE no pactara con el PNV –Geroa Bai es una franquicia navarra– y Bildu en Navarra. El objetivo final es que acabará haciéndolo para, de este modo, hacerse con la Presidencia de la Comunidad Foral.

Este proceso ha quedado mucho más claro desde el momento en que Unai Hualde es el nuevo presidente del parlamento navarro con los votos del PSOE y de los nacionalistas. La intencionalidad de este individuo queda meridianamente clara desde el momento en que sabemos que pretende suavizar los delitos de terrorismo. Hualde viene de ser cuatro años alcalde, de 2007 a 2011, de Alsasua, el pueblo conocido por aquella brutal paliza a unos guardias civiles de paisano y a sus parejas.

Lo realmente lamentable es que una persona con esta ideología se haga con el control de las cortes navarras gracias al apoyo del PSOE, un partido que en sus siglas lleva las siglas de “Español” y de “Socialista”. Es decir, justo la antítesis de lo que representa el nacionalismo vasco y su Anschluss de Navarra, que no es otra cosa que el proyecto de crear una nación artificial bajo las excluyentes premisas de la etnia y el idioma.

Lo lógico sería que el PSOE –insistimos: por socialista y por español– pivotase hacia el bando constitucional pero ello significaría darle el poder a Navarra Suma, que ha ganado las elecciones autonómicas por goleada. Lo más grave del pacto contra natura que quiere contraer Chivite es que también se cimienta sobre la abstención de Bildu, los amigos de la ETA que asesinó a decenas de políticos y simpatizantes del socialismo. Confiamos en que este pacto no se consume; por el respeto a los muertos y porque luego Sánchez y el PSOE carecerían de toda legitimidad para repartir carnet de demócrata.

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