Ponsatí, otra golpista fugada que se irá de rositas

Ponsatí amnistía

La golpista Clara Ponsatí, fugada de la Justicia española como Carles Puigdemont, podrá salirse con la suya y evitar el juicio que tiene pendiente por un delito de desobediencia -el de sedición al que se enfrentaba fue derogado por Pedro Sánchez- si laamnistía que prepara el Gobierno para comprar los votos de Junts ve la luz antes de que se siente en el banquillo. Es decir, la justicia española se verá atada de pies y manos para juzgar a Ponsatí.

Hace ya dos meses que el magistrado instructor de la causa del procés, Pablo Llarena, dictó auto de conclusión del sumario respecto de la ex consellera de la Generalitat y eurodiputada, fugada en su día de la justicia española y actualmente en situación de libertad provisional. La Fiscalía del Supremo, como informó OKDIARIO, ha pedido sentarla ya en el banquillo, pero los tiempos para el comienzo del juicio llevan su curso y todo apunta a que la ley de amnistía será aprobada antes, por lo que ni siquiera será juzgada.

Sin duda, la justicia habría condenado a Clara Ponsatí, pero la larga mano de Pedro Sánchez, en connivencia con los golpistas, evitará la pena de los tribunales. Es la prueba del nueve de que la amnistía quiebra la piedra angular del Estado de Derecho, porque privará a la justicia de sus atribuciones como poder del Estado, ya que el artículo 117 de la Constitución establece que corresponde a los jueces y tribunales juzgar y hacer que se ejecute lo juzgado. El caso de Ponsatí sirve de ejemplo para medir el grado de degradación moral e institucional que representa la amnistía. Dicho de otro modo: Sánchez impondrá por ley la obligación a los españoles de perdonar y olvidar los motivos que llevaron a la Justicia española a perseguir a una golpista prófuga. A esto el presidente en funciones le llama «generosidad». Infame eufemismo con el que pretende tapar su traición a España y a los españoles.

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