¿Podremos ir tranquilos a los mercados navideños este año?

Navidad, mercados
  • Teresa Giménez Barbat
  • Escritora y política. Miembro fundador de Ciutadans de Catalunya, asociación cívica que dio origen al partido político Ciudadanos. Ex eurodiputada por UPyD. Escribo sobre política nacional e internacional.

Veamos. Circulan por las redes varios mensajes virales sobre los tradicionales mercados de Navidad en Alemania. En ellos se asegura que el país se plantea cancelar estas ferias por miedo a «atentados y disturbios». Algunos periódicos, como este medio, nos aseguran que son noticias totalmente exageradas. Que no es tan masivo como los alarmistas quieren hacer creer. Sin embargo, la realidad es que algunos mercados navideños no abrirán este año en Europa, principalmente en Alemania. Y es debido al riesgo terrorista y a los elevados costes de seguridad derivados de atentados recientes como el de Magdeburgo en 2024, en el que un médico saudí de 51 años, Taleb Al-Abdulmohsen, con sus facultades mentales alteradas (como siempre), dejó 6 muertos y 300 heridos. El fiscal Horst Walter Nopens declaró que el trasfondo del crimen «podría deberse al descontento con el trato que reciben los refugiados saudíes en Alemania». Un tipo que no tenía vínculos conocidos con el extremismo islamista, incluso, por sus publicaciones en redes sociales, parecía indicar que había sido crítico con el islam.

Yo estaba en Estrasburgo cuando se cometió el atentado contra su mercado navideño el 11 de diciembre de 2018. Y lo recuerdo con gran tristeza y angustia. Estrasburgo es una ciudad pequeña y este crimen fue perpetrado con un camión robado que atropelló a los inocentes visitantes y dejó 5 muertos y 11 heridos. El autor, Chérif Chekatt, era un checheno nacionalizado francés, de 29 años, con un historial delictivo de más de 27 condenas por robos, agresiones y drogas. Radicalizado en prisión, juró lealtad a ISIS, motivado por la «guerra santa» contra Occidente. Fue abatido días después por la policía. Como vemos, la mayoría de los perpetradores europeos tienen perfiles de hombres jóvenes, inmigrantes o solicitantes de asilo de países del norte de África u Oriente Medio, radicalizados en línea o vinculados a grupos como el Estado Islámico (ISIS). Pueden encontrarse también patrones más atípicos, como islamófobos o extremistas individuales con frustraciones personales y políticas. No hay un «perfil único», pero se observan rasgos comunes en edad, origen y método.

No se trata de cancelaciones masivas, nos tranquilizan: la Asociación de Feriantes de Alemania ha desmentido los rumores de cierres generalizados, y la mayoría de los grandes mercados (como los de Dresde, Múnich o Fráncfort) aseguran que contarán con medidas estrictas. Así que, tranquilos, las cancelaciones en Alemania son aisladas, y se centran en ciudades pequeñas o con historial de incidentes. Los casos confirmados hasta el 17 de noviembre, la fecha en que lo compruebo, son el mercado navideño de Rostock, que ya fue suspendido en el 2024 y que no reabrirá en 2025 por preocupaciones de seguridad y falta de fondos para medidas antiterroristas. El de Overath, cuyos organizadores locales no pueden asumir los costes de las barreras reglamentarias y la necesaria protección policial. Y también se suspende el de Magdeburgo, del que hemos hablado antes, de triste memoria, que inicialmente se canceló por las estrictas normas de seguridad que se establecieron post-atentado pero que este año está en el aire por la imposibilidad de cubrir los 250.000 euros en bolardos y accesos protegidos que tendrían que gastar. Aunque es cierto que hace unos pocos días se alcanzó un acuerdo con autoridades y policía para abrirlo con medidas adicionales. «No nos vamos a rendir ante el terror», afirmaron. Pero, en resumen: las barreras antiterroristas, los detectores y presencia policial armada han disparado los costes en suelo europeo en un 50-100% en algunos casos. Y esto no lo pueden asumir las pequeñas poblaciones o las que podrían tener más riesgo. Los icónicos, como el Striezelmarkt de Dresde, abrirán el 25 de noviembre como siempre gracias a recursos públicos que, en otro momento histórico, se dedicarían a cosas muy necesarias.

Lamentablemente, los europeos ya no iremos a los mercados de Navidad con aquella tranquilidad.

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