Las pesetas franquistas de Òmnium Cultural
Òmnium Cultural es una entidad separatista que ha conseguido convertirse, gracias al procés, en uno de los grupos de presión más importantes de la sociedad catalana. Y va dando continuas lecciones de “democracia” a lo que consideran un “Estado español” heredero de las estructuras “franquistas”. Pero ocultan que los que sí tienen un origen franquista son algunos de sus impulsores. Repasemos. Los cinco fundadores de Òmnium fueron Lluís Carulla Canals, Joan Baptista Cendrós, Fèlix Millet i Maristany, Joan Vallvé i Creus y Pau Riera i Sala.
Si les hablo de Lluís Carulla Canals no les sonará mucho. Pero sí conocerán Gallina Blanca, una de las marcas alimentarias que fundó. Este empresario acumuló una gran fortuna durante el régimen franquista. Tenía un perfil de catalanista cultural y político, pero no le hizo ningún asco a prosperar durante la dictadura, cuya aprobación era necesaria para emprender grandes negocios en aquella época. En una época en la que para conseguir una licencia de exportación era imprescindible el apoyo total del régimen franquista, Carulla convirtió a Gallina Blanca en una corporación internacional.
Vayamos a Joan Baptista Cendrós, otro empresario catalanista que consolidó su fortuna durante el franquismo, como socio de la empresa Haugrón Cientifical SA, que producía el conocido masaje facial ‘Floïd’. Cendrós consiguió internacionalizar este producto a pesar del férreo control que el régimen imponía al comercio con el extranjero. Sus contradicciones entre el catalanismo y su enriquecimiento durante la dictadura fueron satirizadas por Albert Boadella en la obra La increíble historia del Doctor Floit y Mister Pla. Cendrós no dudaba en definirse como un “fascista catalán”.
Félix Millet Maristany fue el primer presidente de Òmnium (1961-68), y se exilió a Italia huyendo del gobierno de la Segunda República durante la Guerra Civil, y volvió para combatir en el bando franquista. De hecho, su oposición al régimen fue tan escasa que en 1948 fue presidente del consejo de administración del Banco Popular Español y posteriormente fundó la compañía Hispano Americana de Seguros y Reaseguros (Chasyr).
Joan Vallvé i Creus, otro activista catalanista, era tan perseguido por Franco que en la empresa de la que era director gerente, Metales y Platerías Ribera, se acuñó durante la década de los sesenta la moneda oficial de España, la peseta, en una fábrica en Barcelona. Además, durante la dictadura fue presidente de la Asociación de Ingenieros Industriales de Cataluña y decano del Colegio Oficial de Ingenieros entre 1966 y 1975. Era cuñado de uno de los propietarios de la empresa, Andreu Ribera Rovira. Este último durante el franquismo fue presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, presidente de la Feria de Muestras, consejero del Banco de España y concejal del Ayuntamiento de Barcelona durante el mandato del alcalde Porcioles.
Pau Riera i Sala es el único de los cinco fundadores de Òmnium que puede atestiguar un cierto pasado antifranquista, dado que tras la Guerra Civil estuvo exiliado en Argentina hasta 1952, cuando volvió a España. Cada vez que vean una campaña de Òmnium Cultural hablando de España como una democracia fallida, piensen en como buena parte de sus fundadores se hicieron ricos gracias al Caudillo Franco, y cómo le reían las gracias. Todos tenemos un pasado, y el de muchos separatistas catalanes está lleno de correajes, yugos y flechas.