Perdidos en paqueiradas, mientras el pan escasea

Perdidos en paqueiradas, mientras el pan escasea

Yolanda Díaz, la histórica, reconoce su fracaso con su proyecto estrella, mientras algunos pregonan interesadamente que la “mayoría de la investidura” se tambalea. Ni hablar del peluquín. Cierto y descriptible es que muerto y enterrado Iván Redondo, son otros los que marcan el paso monclovita. Sin embargo, todavía queda algo del legado -táctico más que estratégico- del pobre muchacho de Llorente & Cuenca. Todo lo que se refiere a la fruslería, la bagatela efímera y los confetis petardosos.

Veamos. Una breve mirada al bosque hispano basta y sobra para escribir metafóricamente que chapoteamos en debatir sobre los céntimos mientras olvidamos los billetes de 500 euros. Es lo más subrayable en ese conglomerado progubernamental inexportable con determinados predicamentos definitorios de vergüenza ajena.

La deuda pública rompe todas las costuras; el déficit público no soporta más dígitos a la luz del Tratado de Maastricht, la cesta de la compra sonroja; los servicios básicos -luz, energías- están para consumo exclusivo de Ana Patricia Botín y sus cuates, las colas del hambre son identificables a las seis de cada madrugada y los cifras del paro -digan lo que quieran con sus engañosas cifras oficiales- no las soporta ningún país europeo.

Pero aquí, la RTVE -marginal en la caja tonta e inexistente en RNE, con sus comunicadores que no encontrarían trabajo en ninguna radio privada-, juega con el dinero ajeno a montar concursos musicales fraudulentos (Benidorm no se qué) y, en cualquier caso, irrelevantes.

Hasta un tal Unai Sordo, dicen que es jefe de CCOO, quizá el secretario general de un sindicato que más trabaja de hinojos para sus líderes en UP, anda más preocupado de minusvalorar la hazaña de Nadal que de la insufrible carestía de la vida; su organización muestra más entusiasmo por denunciar las chorradas de lo de Benidorm que por poner el grito en el cielo ante la manipulación de los pensionistas, los trabajadores de a pie y el precio de la luz. ¿Se explican ahora el desprestigio de unos sindicatos que intentan agradar a los políticos con poder para que sus subvenciones económicas (un 57% más gracias a su amiga y correligionaria Yolanda) y demás prebendas les permitan tener el tenderete abierto? Este es el tipo que secunda a los independentistas catalanes y adora a la izquierda abertzale.

He puesto el ejemplo de Eurovisión como nimiedad elevada a categoría de interés general. Podría poner hasta una docena de ejemplos donde lo progubernamental incide para que nos olvidemos de los 120.000 muertos por Covid, los más de diez millones de infectados, la gasolina en máximos históricos, la comida básica cada vez más cara y el empleo cada vez más precario, digan lo que quieran. Mientras, en recuperación económica, España a la cola de la UE. Datos oficiales.

El pan ha subido un 25%; la escarola un 35%; la carne un 20% y el pescado un 40%. Pero a Sánchez, a Sordo y a las gentes de sus coros y danzas lo que les pone es lo de Benidorm.

Bueno, y Vicente Vallés que les tiene de los nervios. Este con razón, porque ha tomado la medida a sus embustes.   

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