Las obsesiones de Celaá

Las obsesiones de Celaá

Education, education, education! Con ese lema ganó Tony Blair a los conservadores, y poco después les sorprendió, y aún más a los suyos, al continuar con las medidas educativas del thatcherismo y enterrar las viejas prácticas de los laboristas.

Su objetivo era la calidad y no se dejó seducir por filias políticas y dogmas trasnochados. Hoy el Reino Unido está entre los principales puestos del Informe PISA mientras España sigue suspendida, por debajo de la media de la OCDE.

Y es que Spain is diferent. Y también nuestra izquierda es diferente a las izquierdas europeas y de la OCDE. Aquí, en lugar de explorar medidas que puedan dar resultado como hizo Blair, nos dedicamos a derogarlas si las han hecho “los otros”. La nueva contrarreforma educativa (Lomloe) que quiere aprobar el Gobierno es un ejemplo de esta derogación ad hominem y de otras obsesiones que han marcado la política educativa del PSOE, la única habida desde hace 40 años.

Celaá pretende cumplir obedientemente con esas obsesiones que, como mandamientos grabados en piedra, imponen a los hijos de los demás (no a sus hijas, claro, eso ya lo sabemos) y que son los siguientes:

1.- Ideologizarás la educación. Desde Educación para la Ciudadanía en el currículum, a los sindicatos de estudiantes en los pasillos (que ni son sindicatos ni estudiantes), el asamblearismo en los claustros o la promoción de las “huelgas” de alumnos, todo se viste de ideología. Mañana, con la LOMLOE, tendremos Memoria Democrática, guerracivilismo en los patios de los colegios, ¡claro que sí!

2.- No permitirás reguladores ajenos. Hay que mantener ese tinell educativo que impide que el oponente político pueda meter sus manos en la educación. Ahí tienen la ley de Pilar del Castillo, derogada meses después por decreto nada más llegar Zapatero a la Moncloa, o la LOMCE, atacada sin rigor ni piedad y que la LOMLOE pretende apuntillar.

3.- No competirás para mejorar. Nada de evaluaciones externas o publicación de resultados generales, nada que pueda hacer pensar (y estimular) mejores prácticas. ¿Competencia? ¡Vade retro!

4.- Confundirás igualdad con mediocridad. Igualdad sí, pero no de oportunidades (en esa estamos todos de acuerdo) sino en las metas. Aprobados y titulados por calentar el asiento. ¡Muy bien!

5.- Usarás la educación para mantenerte en el poder. Aun a costa de dejar sin su idioma a cientos de miles de alumnos y mirando hacia otro lado cuando algunos emplean el aula para adoctrinar en la confrontación. Mientras te aprueben los Presupuestos y apures la legislatura, qué más da.

6.- No gestionarás. Para los neokeynesianos que no estudiaron a Keynes lo importante es cuánto se gasta, no cómo se gasta. Aunque vaya a más el fracaso escolar y a menos los resultados PISA, gastar más en relación con el PIB basta para presumir de grandes gestores.

7.- Atacarás a la religión. El laicismo militante no puede permitir devoción a otro Dios que no sea su dios-Estado. ¡Amén!

8.- No permitirás la educación diferenciada. Cuando ya se admite que un matrimonio esté formado por sólo chicos, Celaá no admite que un aula tenga la misma composición. Para quererse sí, pero para estudiar no. ¿Dónde hemos dejado ahora la libertad?

9.- Eliminarás la libertad de elección. Fuera pluralismo. A por la concertada. Para ello la Lomloe impedirá crear colegios concertados aun cuando exista demanda social. Da igual lo que prefieran los padres. ¿De quién son los hijos? Pues eso.

10.- Y para todo ello planificarás. Sobre todo planificación pública. Ese concepto que han superado Blair y tantos socialdemócratas europeos y que los nuevos tardocomunistas españoles siguen venerando. La planificación de zonas escolares, ratios, requisitos de acceso, organización de los centros (a los que se deja sin apenas autonomía), etc. ¿Para qué elegir si el Estado lo hace todo por nosotros?

Adela Cortina decía ya hace casi 30 años “La dicotomía público-privado ha llevado, históricamente, a identificar lo público con el Estado y lo privado con la sociedad civil. Simplificación que comporta otorgar al Estado el monopolio de lo universal, a identificar lo público con lo político y a negar a la sociedad civil su fuerte potencial de universalismo y solidaridad”.

Ese es el gran problema, también en Educación, la apropiación bajo titularidad de los gobiernos (estatal, autonómicos o locales) de todo lo que tiene interés público o social. Hoy se nos presenta un nuevo ataque en la dirección equivocada, a nuestra libertad de elegir, un ataque a la sociedad civil.

Por todo ello, #StopLeycelaá

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