Mucho más que un error de seguridad
El incidente del pasado viernes en el aeropuerto de Palma no puede ser tratado como una simple brecha en el dispositivo de seguridad de Son Sant Joan. También es ridículo que salga la delegada del Gobierno, la socialista Aina Calvo, a pretender hacer comulgar con ruedas de molino al decir que «no tiene pruebas» de que fuera un plan premeditado. Las imágenes difundidas por OKDIARIO dejan poco margen a la duda.
Lo cierto es que Francina Armengol ha convertido Mallorca en el paraíso de la emigración ilegal y los ciudadanos están pagando las consecuencias con un exponencial aumento del nivel de seguridad en las calles. Negar que ésta es una ruta utilizada por las mafias argelinas es absurdo. Salir a la palestra, como ha hecho hoy la presidenta del Govern, para soltar obviedades del tipo de «esto no puede volver a suceder» no hace sino alimentar aún más la evidencia de que las islas están en manos de auténticos ineptos. La reacción en las redes sociales a los tuits que le escribe a Armengol su equipo de comunicación demuestra hasta qué punto la desprecian en la sociedad balear.
El problema de la emigración ilegal exige respuestas inmediatas y contundentes. Si a las rutas de las pateras se añade ahora otra a través de sabotajes aéreos la presión será absoluta. En la calle ya existe psicosis y basta con ver las avenidas de Palma totalmente desiertas cuando cae la noche para darse cuenta de lo que piensa la ciudadanía y del miedo que tiene a poner un pie fuera de su hogar si no es a la luz del día ante lo que se puede encontrar. Lamentablemente el goteo incesante de emigrantes no se va a detener porque cree el PSOE que ahí está la cantera de sus futuros votantes. En dos años, cuando vuelvan a convocar elecciones, pagarán las consecuencias de su gestión. Sin embargo lo preocupante es la situación en la que dejarán Mallorca. Un paraíso convertido en un infierno.