Un máster bajo sospecha con el aval del Gobierno
Que Begoña Gómez, con independencia de lo que digan los tribunales de justicia, ha dinamitado la línea que separa lo público de lo privado es una evidencia empírica que no admite discusión. Y que ha utilizado su condición de esposa del presidente del Gobierno como catapulta para impulsar sus negocios, una obviedad manifiesta.
Otro ejemplo, que no será el último: Begoña Gómez utiliza el logo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), organismo público del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, para promocionar el único máster que sigue impartiendo en la Universidad Complutense, una actividad objeto de investigación dentro de la causa por la que se encuentra imputada como presunta autora de los delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
En la documentación que el máster facilita para matricularse en el curso 2024/2025 que arranca en octubre, el logo del CNIO, un organismo público dedicado a la lucha contra el cáncer y, por tanto, dependiente del Gobierno de su marido, aparece entre las organizaciones más destacadas que han acogido alumnos en prácticas de estos estudios.
Habrá quien piense que es una cuestión sin importancia, pero no es un detalle menor, sino la prueba del nueve de que Begoña Gómez se sigue sirviendo de la imagen de los organismos públicos para poner en valor sus negocios particulares.
Es tanto como trasladar el mensaje de que cuenta con el aval del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. Lo que puede que sea cierto, en cuyo caso cabría preguntarle al citado organismo público las razones por las que avala el máster. ¿Por qué lo dirige la mujer del presidente del Gobiern0? Y más aún: ¿Cuántos másteres, además de éste avala y promociona el CNIO? Esa es la clave: si Begoña Gómez, para un negocio privado, cuenta con el trato a favor de la Administración socialista. Para entendernos, si cuenta con el favor del Gobierno de su marido.