Maestros de la mentira

Debe ser que Pedro Sánchez-por razones obvias- valora especialmente para elegir a sus ministros que estos sean consumados expertos en falsear sus currículos. Plagiar tesis doctorales o inventarse titulaciones académicas es algo que para el socialcomunismo otorga un plus a la hora de ocupar los cargos de más alta responsabilidad. La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, no iba a ser menos. OKDIARIO la ha pillado con las manos en tres másteres falsos (esta gente ya va de tres en tres), después de que, tras una pregunta al Portal de Transparencia, la web oficial de La Moncloa cambiara sobre la marcha la información respecto a la formación académica de Yolanda Díaz. Hasta el jueves, la ministra de Trabajo tenía tres másteres -en Recursos Humanos, Relaciones Laborales y Urbanismo-, pero ahora han pasado a ser «cursos superiores y de posgrado en Relaciones Laborales; Derecho Urbanístico y Ordenación Territorial y Recursos Humanos». Eso sí, la ministra ha añadido «formación complementaria en Seguridad Social, contratación laboral, administración y poder político y sobre género». Será para compensar.
El anterior currículum de Yolanda Díaz no informaba del lugar donde cursó los másteres que ahora se han revelado falsos, ni en el nuevo hay constancia del lugar donde obtuvo los que ahora se han quedado en «cursos superiores y de posgrado». La respuesta del Portal de Transparencia a OKDIARIO evita, claro está, referirse a la anterior web de Moncloa para no dejar rastro de la falsedad. Pero basta comparar lo que en esa página se afirmaba hasta el jueves -que tenía tres másteres- y lo que se afirma ahora -que no tiene ninguno- para comprobar el engaño.
En Europa, por casos como éste, los ministros dimiten. En España, casos como éste reafirman a Pedro Sánchez (el gran plagiador) en la necesidad de seguir contando con los mejores. Los mejores en falsear sus expedientes académicos, claro está. De modo que ya sabemos que la carrera política de Yolanda Díaz tiene un futuro prometedor.