Madrid marca la diferencia: se recupera al ritmo de la eurozona

Madrid marca la diferencia: se recupera al ritmo de la eurozona

La Comunidad de Madrid ha publicado los datos de su contabilidad regional trimestral del IITR-2021. En ellos, muestra que se está recuperando de manera más ágil que el conjunto nacional. Es cierto que trimestralmente crece algo menos que la media española, pero se debe a que Madrid retrocedió menos que el resto de España a lo largo de los meses más duros de la pandemia y a que el II y III trimestres siempre tienen un componente de mayor actividad en las zonas más netamente turísticas.

Así, si se compara con el mismo período del año anterior, Madrid crece un 31,7% frente al 19,8% del PIB nacional. Ahora bien, lo importante no está tanto en el nivel del dato, pues la comparación en ambos casos -Madrid y conjunto de España- se realiza contra el IITR-2020, cuando casi toda la actividad estaba cerrada, sino en la diferente intensidad de rebote que tiene la economía en ambos lugares. Que Madrid crezca doce puntos más en términos constantes en tasa interanual muestra que hay un claro elemento diferenciador en el crecimiento de Madrid, fruto de la política económica allí aplicada.

Así, la Comunidad de Madrid estará en condiciones de recobrar los niveles de PIB nominal anteriores a la pandemia (cierre de 2019) al mismo tiempo que se estima que lo haga la zona euro, si no hay ningún imprevisto. Esto significa que Madrid recobrará ese nivel de PIB cerca de dos o tres trimestres antes que lo estimado para la economía española (finales de 2022).

Una vez más, vemos que no hay una única política económica posible. Una, intervencionista, basada en una mayor intromisión en la economía, gasto público creciente, déficit alto, deuda elevada y subida de impuestos, además de una ausencia total de reformas. La otra, liberal, basada en la austeridad y reducción del gasto, la estabilidad presupuestaria, la reducción ordenada y selectiva de impuestos y la eliminación de trabas que libera renta para la economía productiva, genera un marco de confianza y credibilidad y dinamiza la actividad económica y el empleo.

Es legítimo optar por una o por otra, pero sabiendo siempre que cada una de ellas dará diferentes resultados, porque distintas políticas dan distintos resultados, como vemos en la intensidad de crecimiento de Madrid y de la media nacional.

Por eso, tanto en Madrid como en el conjunto de España, es imprescindible mantener los impuestos bajos y regresar al cumplimiento estricto de la estabilidad presupuestaria, para, incluso, ir más allá y conseguir cerrar varios ejercicios en superávit que permita amortizar y reducir deuda. Y todo ello sólo se puede hacer si se reduce de manera importante el gasto. No se trata de dejar de prestar los servicios esenciales, todo lo contrario; precisamente, para salvaguardar los servicios esenciales hay que eliminar todo el gasto superfluo, así como todo el gasto excepcional generado en 2020 y 2021 para combatir las consecuencias de la pandemia, especialmente, la compensación por los cierres obligatorios a las empresas y el mayor gasto sanitario por la presión de la enfermedad.

Ahora, hay que volver a niveles presupuestarios de 2019 en todos los niveles de las AAPP españolas -también del resto del mundo-, porque no se puede mantener un gasto tan elevado como el generado en 202 y 2021, con una deuda que ha crecido exponencialmente, con el agravante de hacerlo desde niveles ya muy peligrosos. Hay que ir a un presupuesto de base cero, donde se discuta todo gasto, y aplicar reformas profundas, porque es lo que permitirá poner a salvo el gasto esencial, que, de no hacerlo, correrá peligro. Pensemos siempre en que cada incremento de gasto es un incremento de impuestos, de deuda o, en último extremo, de inflación, elementos que debilitan la actividad económica y el empleo. No se trata de incrementar los impuestos -que, además, en el medio plazo recaudaría menos, al arruinar la economía- sino de centrarse en el gasto esencial y ser más eficientes en dicho gasto. Se trata de gastar menos, cosa que se puede conseguir gastando mejor, es decir, de manera eficiente y en lo necesario.

Eso es lo que hay que hacer para consolidar el crecimiento en el medio y largo plazo y, con ello, el empleo y la prosperidad. Los resultados, como se ve con los datos de esta contabilidad regional en comparación con la nacional, muestran el camino eficiente, por el que hay que insistir y avanzar, liberándonos de gasto improductivo, deuda peligrosa y dando confianza desde el rigor presupuestario, sin más impuestos que perjudiquen a la economía ni un nivel de gasto que comprometa nuestro futuro.

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