Jaque a la Reina

Jaque a la Reina

La reina es la pieza más poderosa del ajedrez. Aunque la caza del rey supone el final de la partida, muchas veces las estrategias pasan por un verdadero jaque a la reina. Es la más poderosa. Cuenta la leyenda que Isabel I cuando conoció el juego decidió que esa pieza que estaba junto al rey debía tener mucho más juego, más amplitud, y se transformó en lo que es ahora, una pieza que tiene movimientos casi ilimitados por el tablero aunque no sea el rey. Desde el pasado 1 de junio en el tablero de juego de la política española no hay ningún rey, porque el presidente que eligieron los españoles, Mariano Rajoy, fue desalojado de la Moncloa a través de una moción de censura. La cuarta vez que se intentaba en nuestra joven democracia y la primera vez que triunfa. Desde el mismo momento en que, tras conocerse la sentencia de la Gürtel y con una manipulación increíble, Ciudadanos salió a decir que la sentencia «ponía en jaque la credibilidad de un Gobierno» y llegaban a hablar de un Gobierno condenado por la justicia, el PSOE lo tuvo claro y planteó una moción de censura que siempre tuvo en la cabeza, pero para la que no había tenido excusa suficiente.

Le dieron los argumentos para plantear una moción en la que aceptaría los votos de todos los partidos, independentistas o Bildu inclusive, porque necesitaba a todos para que tuviera éxito. Pero una vez presentada y ganada, con perspectiva se ve más claro el error estratégico brutal de Ciudadanos que, en su afán de desgastar al Gobierno —en su afán de apoyarlo con una mano y ponerle la zancadilla con el pie— su apuesta acabó en una apuesta doble del PSOE que ha finiquitado su ilusión de Gobierno, más demoscópica que real, y ha acabado también con un Gobierno que sin duda ha dejado una España muchísimo mejor que la que se encontró cuando llegó. Y en este nuevo tablero de juego en el que se convierte la política española va a ser muy importante leer bien las situaciones. Estamos ante un Gobierno que no está ideado para gobernar, porque saben que lo tienen muy difícil, que con 84 diputados tiene muy complicado alcanzar mayorías en positivo, para aprobar leyes. Fue relativamente fácil ponerse de acuerdo para destruir, para derrocar al Partido Popular, pero esa mayoría será difícil volverla a ver en todas las votaciones. Y son conscientes que no es un Gobierno preparado para legislar, para seguir transformando España como lo hizo el Gobierno de Mariano Rajoy con una gran agenda reformista.

Pero será un Gobierno de gestos y no de Congreso, donde me temo que nos llegarán pocas leyes. De ahí que entienda que cuando Iglesias dice que  el Congreso «va a ser una cámara de gobierno» entienda que o está equivocado, o no ha sabido leer el Gobierno que ha planteado su «socio» de moción de censura. Se trata de un Gobierno de gestos, de gestos a su electorado, de buenismo, de declaraciones y de marketing. Se trata de un Gobierno muy grande con un único objetivo: salvar a la reina. Mientras nos quieren entretener a todos con sus ministerios, con sus contradicciones, con sus señuelos y anuncios a bombo y platillo, la reina de la partida, Pedro Sánchez, iniciará agenda europea y será ofrecido como un presidente casi inaccesible, con 17 partidas simultáneas en 17 tableros diferentes para tener entretenidos a todos: prensa, diputados y españoles. Si Iglesias quiere que el Congreso tenga papel, mal empiezan no permitiendo que sea controlado el Gobierno desde la primera semana, porque será la ocasión de controlar su estado gaseoso y su poco peso político.

Un Gobierno que no tiene como prioridad gobernar nos va a requerir a todos de esfuerzos extra, de separar los señuelos de los temas interesantes para la sociedad y de ser capaces en todo momento de llegar a la reina. A todo un aparato de marketing multiplicado por 17 le tenemos que combatir con inteligencia, con inteligencia emocional, siendo capaces de transmitir a nuestro electorado que nuestro espacio ideológico es mucho más potente que la indigencia ideológica de otras formaciones que nos han tratado de parasitar con una oposición desleal. Tenemos que acudir a nuestros valores, a todo aquello que hace de nuestro partido un partido vertebrador de nuestro país, acudir a nuestras raíces y volver a conectar emocionalmente con nuestro electorado. Solo así podremos jugar todas estas partidas simultáneas que nos están proponiendo ya y solo así podremos dar jaque a la reina. Está a nuestro alcance. Y lo vamos a hacer. Por ahora, partida nueva, juegan blancas… pero las negras son más, mejores y con más experiencia.

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