Insomnio infame
Hay muchos motivos por los que a uno le puede costar conciliar el sueño y no todos son malos: la excitación por unas vacaciones cercanas, un buscado cambio de trabajo o un romance en ciernes. También puede costar alcanzar a Morfeo por distintas preocupaciones, como sería el caso del COVID-19.
Pero el insomnio que padecemos la mayoría de los españoles es un insomnio infame pues viene motivado, no sólo ya por la grave pandemia que nos asola, sino por la intranquilidad que nos provoca este Gobierno. Y digo intranquilidad por ser fina y mantener las formas.
Si les digo que Sánchez y sus colegas comunistas están realizando una gestión ineficaz, deshonesta y desleal con la oposición y con los españoles, creo que no les estaría contando nada que ustedes no sepan a estas alturas.
La semana pasada comentábamos este despropósito de gestión en materia sanitaria, hoy vamos a analizarlo desde un punto de vista económico.
Aunque hayan rectificado después de ver la indignación generada en todos los españoles, es inaceptable e inmoral que mientras a los autónomos se les estaba cargando la cuota del mes de marzo, los diputados y senadores estuvieran cobrando las dietas. ¡Sí, dietas en tiempos de confinamiento! Incomprensible.
Entrando en materia, hoy nos hemos despertado con unas cifras de paro hirientes: nada más y nada menos que 833.979 personas han perdido su empleo en el mes de marzo. ¡Récord histórico! A esto, que no les engañen, habría que sumar el más de medio millón de autónomos que han solicitado el cese de su actividad y unos 620.000 afectados por un ERTE. Es decir, en total estamos hablando de casi 2 millones de personas que desde marzo están desempleadas.
¡Pero no se preocupen ustedes! Esta suerte de Pepe Gotera y Otilio que son Sánchez e Iglesias, tienen la solución: prohibir los despidos y dar permisos retribuidos. ¿Y qué supone esto?
Pongamos un ejemplo del primer caso. Yo tengo una empresa de 5 empleados y debido a la caída de ingresos, no puedo asumir todos los salarios. Por ello, y muy a mi pesar, veo que la única opción que tengo para mantener la empresa a flote es prescindir de uno de ellos. Pero no. El Gobierno me lo impide. Señor Sánchez, Señora a Díaz: ¿no es mejor opción despedir a uno de mis empleados que verme obligado a cerrar la empresa y terminar despidiendo a 5?
El segundo de los casos, los permisos retribuidos. ¿Cómo pretenden ustedes que siga pagando el salario íntegro a mis empleados si me han cerrado ustedes la fábrica? Además, ustedes dicen que los empleados deberán recuperar esas horas a lo largo del 2020 sin excederse de las 40h laborables por semana. ¿Pero qué eufemismo es ese? Dígalo claro, sobre todo para que la industria del turismo pueda sabes a qué atenerse: ¡están dejando a los españoles sin vacaciones!
Lo que este gobierno no ha entendido todavía, y me temo que no lo va a conseguir comprender, es que cada arista de esta crisis se debe afrontar de una manera diferente. Tan acertada es la rigidez del confinamiento, como equivocada es la falta de flexibilidad para las empresas.
Las PYMEs y los autónomos lo que necesitan son exenciones fiscales extraordinarias, no moratorias cortoplacistas. Necesitan flexibidad laboral para gestionar sus plantillas, no que les prohíban los despidos o les limiten los ERTEs.
Está claro que al olmo no se le pueden pedir peras y no es este el Gobierno que nos va a sacar de la crisis, ni el que va a conseguir frenarla. Lo que yo le suplico a Sánchez para terminar con este insomnio infame que muchos padecemos es que eche a los comunistas de su Gobierno. Ha llegado el momento de tener sentido de Estado y pactar las medidas con la oposición. Por dignidad, por nuestra economía, por los que ya se han ido y sobre todo, por España y por los españoles.
Termino recogiendo una iniciativa del Señor Casado y que podría ser un buen punto de inicio de la cooperación entre el Gobierno y la oposición. El líder del PP propone que todos aquellos que están trabajando en darnos los servicios esenciales (personal sanitario, de supermecados, camioneros, policías, etc.) no paguen impuestos durante el tiempo que dure el Estado de Alarma.
No se me ocurre mejor manera de premiar a aquellos que se están jugando la vida por nosotros. Mi reconocimiento y agradecimiento de nuevo a todos ellos ¡GRACIAS!