El independentismo frena el «efecto Illa» y Vox aglutina el voto contra el golpismo

El independentismo frena el «efecto Illa» y Vox aglutina el voto contra el golpismo

El resultado de las elecciones catalanas, marcadas por una altísima abstención, no despeja, sino todo lo contrario, el horizonte político en una comunidad donde el independentismo aumenta en número de escaños y obtiene más de la mitad de los votos (gracias, sobre todo, al alza de la CUP, que sube 5). El PSC de Salvador Illa, pese a ganar en votos, empata con ERC en diputados (33), uno más que Junts (32). Al final, para este viaje no hacían falta alforjas, pues no parece muy probable que el socialismo puede hacer valer su victoria en sufragios para invertir el curso de la deriva política que se ha instalado en Cataluña. Los separatistas refuerzan su mayoría y alcanzan los 73 escaños.

En el lado del  centro derecha constitucionalista, sin embargo, se ha producido un auténtico terremoto: Vox se convierte en la cuarta fuerza política, con 11 escaños, casi cuatriplicando al PP (3) que no consigue capitalizar ni mínimamente el brutal hundimiento de Cs, que de ser la fuerza más votada con 36 escaños en 2017, se queda en 6. El partido de Inés Arrimadas se desangra, pero es la formación de Santiago Abascal quien rentabiliza la debacle naranja, cuyos votos perdidos se reparten entre Vox y el PSC, dejando a los de Pablo Casado como convidados de piedra. Haría bien el PP en reflexionar para sacar conclusiones: desde luego, la guerra declarada a Vox, que obtiene más escaños que Cs y PP juntos, no parece que haya dado resultados. El enemigo era el independentismo, no la candidatura de Ignacio Garriga, un error estratégico de primera magnitud que debería llevar al PP a replantear su táctica. Por lo demás, Podemos repite resultados (8 escaños), siendo superado por la CUP (9). Otra decepción más para Iglesias, que no consigue levantar cabeza. Es lo que tiene emular a la izquierda independentista catalana: que viene la CUP y te come la tostada.

El «efecto Illa», por muy meritoria que sea la victoria socialista, no parece que vaya a alterar el «estatu quo» de Cataluña, lo que significa que los intentos de Pedro Sánchez de formar un gobierno de izquierdas en Cataluña que le garantizara mayor tranquilidad al Ejecutivo socialcomunista se van a ver frustrados. En Cataluña, seguirá gobernando el independentismo, que continuará desafiando al Estado. El resultado de las urnas no resuelve nada, si acaso lo complica.

Lo último en Opinión

Últimas noticias