Inda: «Hasél no es un santo, es un delincuente que tiene que pudrirse en la cárcel»

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El delincuente Pablo Hasél se ha convertido en la figura que Podemos quiere ensalzar para despenalizar las calumnias, las injurias al Rey y a los jueces y el enaltecimiento del terrorismo. Sin, embargo, para Eduardo Inda no ha pasado desapercibido que el ídolo podemita tiene un largo historial delictivo: «Hasél no es un santo, es un delincuente que tiene que pudrirse en la cárcel», asegura Inda.

«El nazismo no empezó con los campos de concentración. Tampoco con el asesinato de seis millones de judíos, de cientos de miles de gitanos, de decenas de miles de homosexuales, católicos, personas con discapacidad física o psíquica, ni con el asesinato de miles y miles de personas de toda suerte de minorías», explica Inda, que recuerda que «el nazismo empezó con el lavado de cerebro sistemático de un pueblo tan instruido como era y es el alemán. ¿Y quiénes lo llevaron a cabo?, pues en la retaguardia Goebbels, que afirmaba que ‘una verdad mil veces repetida acaba convirtiéndose en un dogma de fe’. Y, por otro lado, dando la cara, arengando a las masas, ese hijo de Satanás que fue Adolf Hitler».

Explica el director de OKDIARIO que estos personajes «a través del lavado de cerebro» consiguieron que sus arengas violentas se acabaran convirtiendo en «violencia física, pura y dura. Y así asesinaron a tantos millones de personas».

Una frase que repite habitualmente Inda es que «las armas, como las palabras, las carga el diablo». Para eso está el Código Penal, «para evitar toda suerte de excesos verbales», recuerda Eduardo Inda porque «una cosa es insultar a alguien y otra cosa es decir que hay que eliminar, que hay que asesinar a ese alguien». Y esto último es, precisamente, lo que ha hecho Pablo Hasél. «El delincuente Pablo Hasél, el rapero hijo de papá, andrajosillo, pero hijo de papá, Pablo Hasél».

Y es que, como recuerda Inda, al rapero filoetarra «no le han condenado ni es un mártir por la libertad de expresión. Pablo Hasél es un delincuente. Es una persona que, entre otras cosas, pidió que le pusieran un coche bomba a Patxi López; pidió que le clavasen un piolet en la cabeza a otro socialista, a José Bono. Además de todo eso, dijo que le encantaba ver cómo pegaban tiros en la nuca a dirigentes del PP. Por si fuera poco, alabó a un tipo tan execrable como el ‘Camarada Arenas’, que fue el jefe de la banda terrorista Grapo en los peores años de su historia. Y, la verdad, es que a Pablo Hasél le han condenado a dos años de cárcel por enaltecer a ETA. Le volvieron a condenar a otros seis meses por volver a hacer apología de la banda terrorista que ha asesinado a 856 españoles. Y, además de todo eso, le volvieron a condenar por pegar a un reportero gráfico en una manifestación. Y además de todos los ademases, le volvieron a condenar a dos años de cárcel por darle una paliza a una persona que había declarado como testigo en un juicio contra un amigo suyo».

«Estos días –recuerda Inda– estamos viendo cómo todos los medios de comunicación de izquierdas, casi sin excepción, y todos los periodistas de izquierdas, casi sin excepción, están defendiendo a este tipejo, este delincuente, y lo están situando, ya digo, al nivel de mártir de la libertad de expresión».

Para finalizar, Inda recuerda que «el señor Hasél es un delincuente. Las armas las carga el diablo. Ocurrió con el nazismo y ha ocurrido con los peores regímenes de la historia. Se empieza, ya digo, con la palabra violenta y se acaba con la violencia pura y dura física. En fin, yo confío, espero y deseo que este delincuente se pudra en la cárcel. El único problema que tenemos en este país es que su jefe intelectual es vicepresidente del Gobierno».

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