Gracias, presidente

Gracias, presidente
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Primavera de 2013. Era una calurosa noche de sábado. Ambos comentábamos en un conocido programa de televisión la actualidad política, tú desde el sillón de tertulia, yo desde la pizarra de análisis. Tú, como incólume defensor de la libertad en tierra cada vez más hostil, ya eras un referente nacional de lucha contra el nacionalismo pleistocénico. Yo, un humilde consultor político recién llegado de Estados Unidos. Al acabar el programa, me invitaste a unirme a un proyecto ilusionante, regenerador, emanado de la sociedad civil y que nació -y aquí sigue- para denunciar al bipartidismo corrupto que se repartía España y controlar al separatismo fraudulento que la condiciona mediante chantajes permanentes. Ese proyecto renovador se llamaba Movimiento Ciudadano, la plataforma sobre la que Ciudadanos expandió, desde tu Cataluña natal, el seny liberal, el ADN moderado, un sueño llamado centro.

Muchos nos hemos subido en estos años a este barco que sigue navegando contra mareas demoscópicas, tormentas desatadas y zozobras impuestas. Molestamos a los que hacen de la poltrona su razón de vida. Cabreamos a quienes hacen de la política una enseña de odio insobornable. Hurtamos cada día a los corruptos su mejor divisa: el engaño a cambio del poder. Y todo eso lo aprendimos de ti. Tú nos enseñaste a creer que un escaño no es una nómina, sino un honor. Ayer lo volviste a repetir. Tu ilusión fue el catecismo que guió un camino de esperanza llamada libertad, un credo de apellido transparencia que no dejaremos de gritar hasta que en España la ética no sea una quimera sino una costumbre.

Ayer nos diste una lección a todos. Fuiste valiente donde otros asumen en silencio ser cobardes. El partido que aún presides llevará tu impronta con o sin Moncloa, porque nacimos para ser útiles a España. Y para ser útiles debemos ser importantes. El domingo se demostró una vez más qué ocurre cuando dejamos de serlo.

Dudo que nadie siga tu camino, porque a la decencia en política hace tiempo que se le puso un prefijo que la invalidaba. Te vas porque representas como nadie el concepto regeneración, el apellido de Ciudadanos. Un apellido que tú le diste el día de su bautismo en 2006. Un apellido que heredamos cada representante de estas nobles siglas. Dimitir siempre honra a quien tiene principios. Los mediocres no saben conjugar el infinitivo.

Y ahora, frente a los que quieren que España se detenga, frente a los que pretenden que España retroceda y los que tienen experiencia en que España no avance, hay un modelo, que, a pesar de los resultados, quiere poner a esta nación en marcha. Un proyecto confiable en la gestión, firme en su lucha contra la corrupción y garante de la transparencia en las instituciones y en el uso del dinero público, que cambia chiringuitos de enchufados por profesionales cualificados. Una impronta con denominación de origen.

Porque un uso digno de nuestra responsabilidad requiere de altura de miras, no altura de muros, ¿recuerdas? Estas palabras son tuyas y deberían ser mandamiento obligado para muchos aprendices que creen que la política en España se hace viendo primero series en Netflix.

Yo, como tú, no quiero un gobierno que me diga lo que tengo que decir ni cómo tengo que pensar. No quiero un gobierno que se gaste el dinero de los ciudadanos en crear redes clientelares de amigos y en rebaño subvencionado, donde el mérito siempre pierde ante la sangre. No quiero un gobierno que no cumpla la ley o trabaje para desmerecerla. No quiero un gobierno que hipoteque su alma para entregarla al diablo nacionalista, el mal endémico que nos asola desde hace décadas y que nadie parece querer extirpar. Esa fortaleza de principios nos la inculcaste tú desde tu escaño en el Parlament, donde defendiste la libertad de todos los ciudadanos, desde tu escaño en el Congreso, donde abanderaste una España sin privilegios y desde la Presidencia de un partido que honraste hasta el segundo final.

Por todo lo vivido sólo puedo darte las gracias, Albert. Por tus enseñanzas y valores, por tu valentía y compromiso, por tu liderazgo y cercanía. Muchos nos embarcamos por ti. Y ahora, seguiremos navegando contigo. Gracias por todo, Presidente.

* Fran Carrillo es portavoz adjunto de Ciudadanos en el Senado y en el Parlamento de Andalucía.

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