El fondo del paisaje

El fondo del paisaje

Cuando nos movemos en busca de una posición desde la que observar mejor un paisaje, a veces la mirada se pierde distraída en el horizonte o se interpone algún elemento, árbol, pájaro o el soplo de una simple brisa arrastrando una cortina de humo, que nos impide reconocer qué es lo que deseábamos ver en realidad.

La lamentable odisea a la que fueron sometidos seguidores mallorquinistas, la batalla Maffeo-Vinicius agigantada por la caverna al servicio de una audiencia entregada al mismo señor o el comportamiento de los representantes del club al menos hasta los incidentes registrados post partido contra el Real Madrid e incluso el buen trabajo exclusivamente defensivo del equipo antes de encajar el gol que desencadenaba la derrota y sus secuelas, nos han impedido constatar la cojera que pasean los hombres de Arrasate en determinados aspectos concretos.

La primera parte disputada en Son Moix ante el Barça fue infinitamente mejor que los sesenta minutos del pasado jueves ante la escuadra de Ancelotti y aunque la clasificación de la liga no invita a la crítica, lo ocurrido en Pontevedra, en ciertos partidos de competición y en la misma Supercopa obligan a un análisis preventivo más riguroso de cara a la segunda mitad del campeonato.

Javier Aguirre, consciente de la fragilidad de su vestuario, armó irrenunciables conceptos defensivos que, en la calidad y rapidez de Kang in Lee, hallaron su eficaz coartada. Traspasado el coreano sin buscar sustituto comparable, la inversión a largo plazo por una apuesta más creativa personalizada en Sergi Darder, convirtió la esperanza en sufrimiento y, paréntesis copero al margen, Pablo Ortells, director de fútbol -aunque es el financiero, Alfonso Diaz, quien se apunta los tantos del milagroso ascenso desde Segunda B en una entrevista concedida al digital El Español- decidió encargar a Jagoba el diseño de un fútbol más atractivo e ilusionante. Otra cosa es que pusiera a su disposición los medios y herramientas para conseguirlo.

En anteriores artículos ya he expresado mi sorpresa ante el poco juego que generan los miembros de la plantilla mejor dotados para engrasar la maquinaria. Un equipo con las condiciones técnicas de Morlanes y Sergi, debería producir mucho más de lo que ofrece en cuanto a creatividad. Tanto en Pasarón contra un rival de Tercera, como frente al mismísimo Real Madrid, hemos constatado la causa por la que el entrenador mejicano tiraba de otros recursos. El aragonés reacciona con una lentitud mental preocupante en primera división y el de Artá ilumina y desaparece igual que la luz intermitente de un vehículo, con pérdidas impropias que han costado más goles en contra que las asistencias salidas de sus botas.

La ausencia de arquitectura impide aprovechar las incorporaciones de laterales rápidos como Mojica y Maffeo, ralentiza los apoyos de una segunda línea siempre muy alejada de los delanteros, sean cuáles sean, quizás porque el temor a perder la firmeza defensiva pesa sobre la necesidad de acometer al adversario, a veces mediante la posesión y otras el contragolpe. Y aunque 30 puntos son muchos a estas alturas de la representación, también conducen a la trampa de creer que hay más, no menos, de lo que se ve.

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