Feministas al borde de un ataque de nervios

Feministas al borde de un ataque de nervios

Qué complicado se está poniendo, cuántos y qué difíciles dilemas nos plantean los nuevos estándares exigidos por el Ministerio de Igualdad para considerarse una buena feminista, qué nerviosas han de estar, con tanta desorientación, aquellas mujeres que se toman en serio a Irene Montero, Pam y belarras varias.

Porque, si vas a la manifa con los del PSOE eres antiIrene, y si vas con los de Podemos eres antisanchista. Si estás a favor de la ley del sí es sí, unos te dirán que favoreces a los violadores, y si vas en contra, otros que proteges a tipos como los de la manada.

También Pam, la secretaria de estado famosa por reírse de que, gracias a esa Ley, los violadores salgan a la calle antes de tiempo, fomenta la autoestimulación frente a la penetración. Dice que esta es patriarcal. Así que nada de darte un revolcón con tu pareja, que mejor el automontaje, como en Ikea. Si le haces caso te tienes que comprar un satisfayer y, si no, eres culpable de favorecer la cultura heteropatriarcal.

Y si te gustaba vestir de rosa te dicen que vayas de azul y ahora que ya vas de azul, fuera sujetadores, grita la Belarra, que denuncia que son violencia contra la mujer. Si se te daba bien el deporte y ganabas a todas, ahora también tendrás que vencer a hombres que han transitado. Y así seguirás siendo feminista, sin medallas, pero feminista.

Además, si te quedas en casa tendrás que querer irte a trabajar, aunque sea de fija discontinua, pero si eres empresaria o te haces rica presidiendo un banco y empleando a miles de mujeres, te dirán que eso no es feminismo. Sólo vale si eres científica. Y cuando ya trabajas, si no te ascienden es porque no hay cuotas y, si hay cuotas, los demás pensarán que estás allí por eso, aunque valgas más que todos los que te rodean. En fin, este es el feminismo del Gobierno.

Y mientras, más machismo y agresiones en los institutos, más rebajas a violadores, los atentados contra las mujeres no disminuyen y ya tenemos el mayor desempleo femenino de toda Europa (y de toda la OCDE, sólo por debajo de Sudáfrica). Logros en estas cuestiones, los justos. Pero muy feministas, eso sí.

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