El Real Madrid ya está a un paso de la final tras vencer a Unicaja Málaga en un segundo combate mucho más duro que el primero, pero que no dejó de dominar de principio a fin (90-75). Sólo una desconexión al término del tercero e inicio del cuarto parcial mantuvo en vilo al Movistar Arena hasta los últimos minutos, en los que los blancos acabaron de machacar a los andaluces, que deberán hacer dos de dos en el Martín Carpena para no despedirse de la Liga Endesa y regresar a la capital.
Los de Chus Mateo están a un punto más de completar el pleno al cinco de finales (finalista en las cuatro últimas temporadas) después de su vigesimonoveno triunfo consecutivo en casa, la segunda mejor racha como local de la historia de ACB. Un Real Madrid de récord que ya cuenta por 26 las victorias de este curso en el campeonato doméstico. Sostenido por ráfagas explosivas de Mario Hezonja, un bestial Facundo Campazzo y momentazos de Sergio Llull, el cuadro blanco arrasó con un Unicaja liderado por Kendrick Perry en la anotación y Kameron Taylor en ambas zonas.
La salida de Unicaja mejoró sobradamente a la del primer partido. No era difícil. Los de Ibon Navarro lavaron su imagen con un gran arranque colectivo e individualmente de Perry y con Kravish como el antídoto perfecto de Walter Tavares, al que sentó Chus Mateo tras acumular varios errores. El Real Madrid igualó fuerzas con un sólido primer cuarto de Hezonja, muy incisivo desde el triple para apaciguar el explosivo inicio de los andaluces.
Llull asombra de inicio
Pero quien prendió la llama del Palacio, cómo no, fue Llull. Dos triplazos, uno espectacular sobre la bocina sorteando al gigante Balcerowski, enchufaron al Movistar Arena y le dio vitamina al Real Madrid, que salía airoso de un peligroso primer asalto (23-19). El de Mahón fue el líder del equipo blanco, que a raíz de las continuas idas de olla de los cajistas castigó desde el tiro libre y cogió más ventaja en el segundo parcial.
Y de la desesperación malaguista, la madridista. Chus Mateo perdió la clave para defender después de lograrlo a través de Usman Garuba y Andrés Feliz y acabó la primera parte con Hugo González marcando a Perry, base de Unicaja. Así, los de Ibon Navarro metían presión antes del descanso y Tavares mantuvo la distancia con una gran acción ofensiva bajo el aro con la que concluía una aguerrida primera parte en Goya (46-41).
Campazzo se lanzó a por todo en la reanudación y con ayuda de Alberto Abalde y Hezonja sumó un parcial de 9-0 de salida, dejando el Real Madrid a Unicaja sin puntuar los primeros cinco minutos. Los líderes de la plantilla hicieron que el equipo blanco se escapase en el marcador luciendo su mejor cara, esa con la que aplasta a todos sus rivales ACB en casa.
Con un triple antológico, Hezonja puso la máxima de +19 y Unicaja resucitó con parcial de 0-10 para no irse del partido. Con más fe que ideas y beneficiándose de un quinteto incapaz en lo defensivo, los de Ibon Navarro llegaron con vida al último cuarto (67-58) y el Real Madrid debía ganar como fuera para no sufrir en el infierno del Carpena.
El Real Madrid acaba dándose un homenaje ante Unicaja
Bruno Fernando reflejó la desesperación a la que había llegado el Real Madrid, que veía como Unicaja se ponía a cuatro con el tercer triple de Perry. El pívot angoleño se agarró tal enfado que se marchó directamente al vestuario dando gritos y enganchado con la grada. Una explosión que contuvo un descartado Serge Ibaka, jugador también de alto voltaje.
La cuarta personal de Tavares metía en un lío a Chus Mateo, que apostó con Garuba de 5 con Fernando de vuelta al banquillo y Hezonja de 4. Abalde, un seguro atrás para contener a un crecido Unicaja. Casi cuatro minutos tardó el Real Madrid en encestar y fueron Mario y Usman quienes ayudaron a los blancos a salir de un inesperado e innecesario entuerto. Al final, festival de triples y alegrón para la parroquia madridista para un 13 de 27 general. Próxima cita, el domingo a las 17:00 horas en el Carpena.