Este Gobierno perjudica seriamente a la mujer
No sólo fallan las pulseras antimaltrato, también fallan los sistemas de comunicación habilitados para que las víctimas comuniquen cualquier incidencia. Y, por si fuera poco, los policías encargados de proteger a las mujeres amenazadas también denuncian los «múltiples fallos» en VioGén 2, el sistema de seguimiento integral en los casos de violencia de género. Se trata de un sistema que fue implantado en 2007 y que se encuentra actualmente en proceso de remodelación. En enero de este año, los ministros de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y de Igualdad, Ana Redondo, presentaron el nuevo modelo de respuesta policial a la violencia de género, alardeando de incorporar la «tecnología más avanzada en la materia». Pues bien, en este tiempo los fallos han sido sistémicos, según denuncia el sindicato mayoritario en la Policía Nacional.
«VioGén 2 continúa presentando algunas deficiencias técnicas, fruto de que todavía se está terminando de desarrollar el sistema», subrayan desde este sindicato. Entre los fallos más graves, los agentes ven cómo se les impide acceder a determinadas aplicaciones «que están bloqueadas o inaccesibles», así como «dificultades para cargar documentos y archivos adjuntos en los expedientes o incidencias en la conexión con otras bases de datos esenciales para la protección de la víctima». Denuncian, por ejemplo, que no pueden acceder a las bases de datos porque la nueva configuración del sistema no reconoce su identidad. Como es natural, las víctimas de este problema añadido son las mujeres. Desde Interior todo son buenas palabras, pero los fallos continúan: «El nuevo modelo», anunció el departamento de Grande-Marlaska, «incorpora nuevos indicadores en los formularios de valoración del riesgo y una mejor calibración de los algoritmos que determinan dichos niveles, lo que reduce el riesgo de error en la valoración realizada». Además, «mejora la interconexión e interoperabilidad y aumenta las bases de datos y otros aplicativos policiales que alimentan de información al sistema. Será, cabe suponer, cuando esté implantado, pero por ahora el sistema es un desastre. Una pregunta sin acritud: ¿Funciona algo?