España es más importante que Pedro Sánchez

Pedro Sánchez
El secretario general del PSOE (FOTO:EFE)

La ambición personal de Pedro Sánchez y su desesperado intento de salvar un liderazgo menguante al frente del PSOE no pueden estar por encima de los intereses de todos los españoles.

El líder socialista ha demostrado que está decidido a gobernar «a cualquier precio», al anunciar que buscará los apoyos necesarios para ser presidente.

Un respaldo que hoy sólo puede encontrar en Podemos y en los independentistas de ERC y del nuevo partido de Artur Mas, que ya han anunciado el precio que exigirán a cambio: una reforma de la Constitución que facilite la independencia de Cataluña, y que abriría la puerta para que otras Comunidades autónomas emprendan el mismo camino.

Afortunadamente, tal como informa hoy OkDiario, los principales barones del PSOE están decididos a parar los pies a su secretario general en este disparatado empeño, cuando se celebre el próximo comité federal del partido.

En las elecciones generales del pasado domingo, el PSOE sólo consiguió ser el partido más votado en seis de las 50 provincias españolas, ubicadas todas ellas en Andalucía y Extremadura, donde los socialistas mantienen su mayor granero de votos.

Y en la circunscripción de Madrid, en la que se presentaban los cuatro principales aspirantes a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez fue el cuarto candidato más votado: recibió menos sufragios que Mariano Rajoy, Pablo Iglesias y Albert Rivera.

Estos datos demuestran que Pedro Sánchez es hoy un político fracasado, que debería tener la dignidad de asumir su derrota y dimitir.

Y sin embargo, parece decidido a poner en cuestión el futuro y la unidad de España, pactando con quienes quieren destruir lo que tanto ha costado construir durante décadas, con el único objetivo de garantizar su propia supervivencia política.

Pedro Sánchez parece no haberse dado cuenta aún de que el pacto con las marcas blancas de Podemos tras las elecciones autonómicas del 24M ha supuesto un auténtico suicidio para el PSOE, al asumir su agenda radical: el voto a los socialistas se ha desplomado allí donde han aupado al partido de Pablo Iglesias al poder.

Pero lo que no puede pretender Pedro Sánchez es llevar a España al borde del abismo, poniendo en tela de juicio su unidad como nación y los más valiosos principios preservados por la Constitución, sacrificados en su empeño de mantener su liderazgo y llegar al poder a cualquier precio.

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