El engaño de Borrell y Sánchez a sus votantes

El engaño de Borrell y Sánchez a sus votantes

Justo un mes después de las pasadas elecciones europeas, Josep Borrell deja su acta de eurodiputado en un gesto que sólo puede ser calificado como reprochable, pues es una muestra de desprecio hacia los más de 7 millones de electores que confiaron en su candidatura, en algunos casos, por su experiencia previa en la Eurocámara (no olvidemos que presidió el parlamento entre los años 2004 y 2007).

De las explicaciones ofrecidas el pasado miércoles, no sé cuál me parece más bochornosa: por un lado dijo que “soy más útil de ministro que de eurodiputado”, algo que posiblemente él considere que es cierto pero que tendría que haber evaluado antes de presentarse a los comicios; y por el otro que “mucha gente podría pensar que mi puesto no era el Parlamento, sino un puesto ejecutivo”, lo cual supone una distorsión de la realidad pues el mandato que le han otorgado las urnas del 26M es defender los intereses de España en el Parlamento con un papel relevante entre los socialdemócratas europeos.

En su momento, muchos no entendimos como Borrell no dejó la cartera de ministro y decidió compaginar su responsabilidad con la candidatura al Parlamento. Pero al final todo encaja, porque esto significa que tenía muy claro que no iba a abanderar la delegación de los eurodiputados socialistas y las negociaciones que tienen que llevarse a cabo en Europa en el seno del grupo socialista europeo.

Una pena, porque estamos en un momento crucial para España dentro de la Unión Europea. Tenemos una oportunidad de oro de ocupar el lugar que nos corresponde como una de las principales economías de la zona euro. Esto implica que nuestras delegaciones (las de cada partido con representación en Europa) tienen que defender nuestros intereses allí donde les ha tocado jugar.

Borrell sin embargo prefiere esperar sentado a que le nombren comisario en vez de ir a pelear por los intereses nacionales desde el minuto uno y desde el cargo que los electores de España han decidido que debería ocupar. No dudo que desde un puesto en la Comisión podría hacer un buen papel, pero la conformación de una nueva podría retrasarse hasta finales de año o principios de 2020 debido a la necesidad de un acuerdo amplio entre liberales, socialistas y populares.

Hasta que eso se produzca, y se renueve el poder ejecutivo de la Unión Europea, se van a negociar temas de muchísimo interés, como el Brexit, los ataques de los eurófobos o los envites del nacional-populismo en la cámara. Y, durante todo ese trayecto, Borell estará sentado en el Ministerio de Exteriores esperando a que suene el teléfono y le nombren vicepresidente económico en la Comisión. Y todo este engaño ha sido perpetrado con la complicidad del presidente Pedro Sánchez, que ha vuelto a dar una nueva muestra de su falta de escrúpulos, pues previsiblemente estaba al corriente de este movimiento y ha demostrado que le escogió como cabeza de lista pensando en el marketing electoral y no en los intereses de la ciudadanía.

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