El efecto Almeida

Si hay un dirigente político que ha salido reforzado por su buen hacer durante la crisis del coronavirus -aunque ya había dado muestras antes de su valía y capacidad de gestión- ese es el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, cuya presencia en primera línea de la crisis y su compromiso le han catapultado a lo más alto. La encuesta de Hamalgama para OKDIARIO certifica ese reconocimiento colocando al PP como primera fuerza política en unas eventuales elecciones en el Ayuntamiento de Madrid, al obtener 21 concejales, 6 más que en mayo de 2019, y un porcentaje de votos del 34,5%, 10 puntos más que en los anteriores comicios. Más Madrid, sin Manuela Carmena, pierde 8 concejales  y 12 puntos (pasa del 31 por% al 18,9) para quedarse con 11, sólo uno más que el PSOE, que con 10 se deja uno al perder el dos por ciento de los votos. Conclusión: José Luis Martínez Almeida destroza a la izquierda, al lograr el PP 21 escaños, los mismos que suman Más Madrid y PSOE.

Por su parte, Cs, socio de gobierno del PP, sufre una caída considerable, al perder 5 de los 11 concejales que logró en 2019 y quedarse con 6, sólo uno más que Vox, que gana uno para quedarse en 5. El movimiento en los partidos que permitieron a Almeida hacerse con el bastón de mando del Ayuntamiento es similar al que se ha producido en la Comunidad. La encuesta de Hamalgama que publicamos ayer reflejaba claramente un trasvase considerable de votos de Cs al PP  y un ligero ascenso de Vox. Lo mismo ocurre en el Ayuntamiento, si bien Almeida obtendría casi cinco puntos porcentuales más de apoyos que Díaz Ayuso.

Unidas Podemos obtendría 4 concejales, lo que evidencia que Madrid, tanto en la Comunidad como el Ayuntamiento, se ha convertido en la piedra en el zapato de Pablo Iglesias. Los electores le condenan a la última posición y los votantes a la izquierda del PSOE se decantan por Más Madrid antes que por el partido del vicepresidente segundo del Gobierno.

En suma, que José Luis Martínez Almeida se ha ganado la confianza de los madrileños sin llevar un año en el cargo. Y, de paso, ha triturado las expectativas de la izquierda, que sigue perdiendo apoyos a medida que el PP incrementa su hegemonía.