El día 22 hay que imputar a Rovira
Marta Rovira debe estar delante de un juez antes que después. Si no es ahora, por el hecho de no alimentar el sempiterno victimismo de los golpistas catalanes, tendrá que ser justo después de las elecciones autonómicas de Cataluña, donde Rovira comparecerá como líder de ERC debido al encarcelamiento incondicional de Oriol Junqueras. La secretaria general de la formación independentista es tan cerebro del golpe de Estado como lo pueda ser el propio Junqueras, Puigdemont o Forn. En OKDIARIO les hemos dado numerosos indicios certificados por los informes de la Guardia Civil. De hecho, la Benemérita asegura que la política catalana acudió a reuniones clave para preparar el referéndum ilegal.
Una prueba más de que todo lo que ha pasado desde el pasado 1 de octubre estaba perfectamente orquestado. La hoja de ruta golpista tenía tan previsto el escenario actual que lo ha convertido en real. Desde la huida de Puigdemont, pasando por el encarcelamiento de Junqueras y el impulso de Rovira como cara reconocida y reconocible para tratar de legitimar el golpismo en unos comicios regionales que los sediciosos quieren convertir en una votación plebiscitaria. Precisamente por tenerlo todo tan preparado, y por haber sido cabeza pensante y activa del referéndum ilegal y de la declaración de independencia, Rovira debe rendir cuentas ante la justicia, llamada de Pablo Llarena mediante. Una figura como la suya no puede pasar más tiempo alejada de los tribunales.
¿Se imaginan a una golpista como presidenta de la Generalitat? Afortunadamente, si la mayoría constitucionalista que habita en Cataluña toma las riendas de la responsabilidad, eso no ocurrirá gracias a las urnas. No obstante, y aunque la democracia sea el mejor antídoto ante cualquier intento de subvertir la legalidad vigente, Rovira tiene demasiados precedentes acumulados como para que se libre de la necesaria, imprescindible y justa comparecencia ante los tribunales. Ella fue la mano ejecutora en la estructura de ocultación de las urnas en el 1-O, por ejemplo. Eso sin contar los graves ataques que lanzó contra el Gobierno, al que acusó de amenazar a Puigdemont con enviar al Ejército y con el hecho de que «habría muertos en las calles». Sólo por eso, ya debería estar imputada. Pero hay más, mucho más, tal y como ha demostrado este periódico. Motivos todos para que se vea las caras ante el juez de una vez por todas.