Deuda pública, la gigantesca hipoteca que nos deja Pedro Sánchez

Suma y sigue: la deuda del conjunto de las administraciones públicas subió en septiembre hasta el máximo histórico de 1,504 billones de euros, lo que supone un aumento en términos relativos del 0,8% respecto al mes anterior, y la ratio sobre el PIB se situó en el 116%, según los datos publicados este jueves por el Banco de España. Para entendernos, que sólo en un año la deuda ha crecido en 71.715 millones más, como consecuencia de los menores ingresos y los mayores gastos derivados de la crisis de la pandemia y más recientemente por la guerra en Ucrania. Una sangría en forma de losa que representa una hipoteca gigantesca para las generaciones venideras, porque la deuda pública de hoy son los impuesto futuros. Es lo que tiene gastar de forma improductiva como si no hubiera mañana. Y es que el Gobierno de Pedro Sánchez en eso de dilapidar los recursos públicos hay que reconocer que es único y practica como nadie la doctrina del que venga después, que arree.

El aumento de la deuda en septiembre se debe, principalmente, a la subida del endeudamiento de la Administración Central, mientras que el resto -comunidades autónomas, corporaciones locales y Seguridad Social- redujeron su endeudamiento o lo mantuvieron en niveles similares a los registrados el mes pasado. O sea, que es el Gobierno socialcomunista el que, en lugar de predicar con el ejemplo, se ha subido a lomos del derroche. No sólo es la elefantiásica estructura de una Administración que está sirviendo de refugio a una legión de paniaguados, sino también la lluvia de millones que se emplean en amamantar a lo acólitos del socialcomunismo. Que en un año la deuda haya crecido en más de 71.000 millones de euros demuestra hasta qué punto el Gobierno ha decidido tirar por la calle del medio y fundirse los recursos públicos en su siniestra estrategia de captación de votos.