El déspota cae, el sensato sube

Bochornoso combate desigual en el Senado. En el rincón de la izquierda, el tramposo, que abusa de la ventaja del tiempo ilimitado y de su estilo quinqui; en el rincón de la derecha, el sensato, el hombre sereno que confirma su crecimiento en las encuestas y una excelente preparación para vérselas con un gañán desatado que cree ser Zeus y manipula las energías y los datos para sus infames propósitos. No fue un combate limpio, sino una sucia encerrona jaleada por los siervos del tirano. Sánchez demostró no estar capacitado para gobernar España y Feijóo aportó cordura al futuro de la nación.
Mientras mande el sanchismo, ristra de ineptos que invierten lo mucho que nos sacan con impuestos a gogó en proyectos delirantes, España no se recuperará. La ciudadanía sabe que el farsante no ha resuelto ninguno de los graves problemas que angustian a los españoles. Ebrio de poder, sólo halla tiempo para mentir, insultar a Feijóo y hacer el ridículo. La gente lo soporta todo menos a este gafe que les ha traído la ruina y desea que desaparezca cuanto antes, mejor. A Feijóo le bastó tirar de sensatez en el ring del Senado, le bastaron 27 minutos para dar un repaso al insustancial, que puso cara de lelo y hacía que sonreía. Sus desparrames mentales y sus ofensas al gallego solo le sirvieron para seguir bajando en los sondeos. Pobre intrépido, cada paso que da para afianzarse en Moncloa, le saca de palacio.
El bombo del autobombo se le ha rajao y ya, apenas, suena a lamento y a gato pisao. Sánchez vive entre abucheos y pitos. Luis Herrero, inteligente analista político, le da donde duele, y asegura: “Pedro Sánchez no tiene una mayoría social que le respalde. Nunca la tuvo. Sánchez gobierna para sus socios mientras insulta al resto de los ciudadanos. Siempre ha sido así”. Más que un lúcido análisis del sujeto parece su esquela.
Las encuestas que manejan en Ferraz son demoledoras para el PSOE y la clave que nos permite entender los ataques de histeria y el descoyuntamiento que sufre el maniquí. El iluso quería ser estadista y hoy es un vulgar prestamista que le da millones de euros a Bildu y a ERC, a fondo perdido, para poder gozar del Superpuma. Menudo pringao.
Los asesores de Moncloa le han dicho a Sánchez: “Las cosas van peor de lo que creemos y cada vez que insultas a Feijóo, sube en las encuestas, y nosotros bajamos, así que tú verás qué hacemos”. Pero como el iluminado está completamente fuera de sí, no razona y su única obsesión es acabar con el gallego, ha dado orden a sus diputados para que incrementen los ataques. En el PP están encantados con la táctica suicida que ha puesto en marcha el lerdo, pues saben que Feijóo no tiene nada que ocultar. Con tanto ataque inútil le van a llevar en volandas a la Moncloa.