Desmontemos un perverso sistema de inmersión lingüística

inmersión lingüística

La sociedad balear asiste con verdadera perplejidad a las advertencias que formula el conseller de Educación en funciones, Martí March (ahora próximo alcalde de Pollença), sobre el peligro de azuzar el conflicto lingüístico con el tema de la lengua.

Como si no existiese dicho conflicto ya, trata de silenciar el consejero que casi 100 familias han solicitado que sus hijos reciban la enseñanza en un 25% en lengua castellana. De hecho, hay varios recursos contenciosos pendientes de resolución en el TSJB. Ello demuestra que el Pacte anterior incumplía las sentencias del Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo. Y ello suponía que en Baleares se imponga de facto un sistema de inmersión lingüística que es contrario a la normativa y a los derechos lingüísticos de todos los ciudadanos en las Islas Baleares.

Es evidente que esto tiene que cambiar pues los ciudadanos han apostado por otro modelo en las urnas y todo demócrata debe respetar la voluntad popular y los resultados de las pasadas elecciones.

Es necesario desmontar un sistema de inmersión que ha provocado estos años que aumente el fracaso escolar en Baleares y que se hayan desplomado los índices de comprensión lectora (15 puntos por debajo de la media nacional) según el último informe oficial. Igualmente, hemos leído en la prensa que los alumnos de Bachillerato de Baleares tienen la nota media más baja de España.

Es evidente que las cosas se están haciendo mal y es necesario cambiar el modelo. Ya se hizo en los años 80 y se puede volver a hacer en el siglo XXI para adaptarse a dicho siglo y no vivir anclados en el siglo XIX. Hay estudios que han demostrado ya que existe adoctrinamiento en los manuales de estudios que utilizan los alumnos en Baleares y esta situación debe corregirse.

Debe trasladarse a las aulas el bilingüismo cordial, tolerante e integrador que es mayoritario en la sociedad balear. Los ciudadanos lo demandan cada vez más y los políticos deben escuchar a la ciudadanía y no defender los privilegios de unos pocos que lastran el sistema educativo, según las estadística e informes especializados en esta materia.

La lengua nunca fue un tema conflictivo en Baleares hasta que el Pacte del mal llamado progrés ha querido copiar el modelo catalán e imponernos un sistema de inmersión que, además, vulnera el decreto de mínimos aprobado en el año 2007.

Es hora de cambiar las cosas y hacer políticas integradoras y de concordia para la ciudadanía, que además así lo ha querido manifestar en las urnas.

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