Decidiendo un nuevo orden mundial en Ucrania y Taiwán

nuevo orden mundial

La dramática guerra en Ucrania, a la que la opinión pública europea occidental parece resignada a tener que acostumbrarse y asumir el marginal papel que a la UE se le asigna en la solución del conflicto, obliga camino ya de los quince meses desde su comienzo, a plantearse con más perspectiva y hondura, lo que en verdad se está dirimiendo en los campos de batalla ucranianos. Preciso es plantearse para ello desde buen comienzo, que las guerras son, en la mayoría de ocasiones por no decir en todas, «la continuación de la política por otros medios», en expresión tan cínica como realista, atribuida al gran especialista del arte de la guerra Carl von Clausewitz. La aspiración al dominio, el poder y la supremacía entre las naciones es consustancial a la condición humana, capaz de lo mejor y de lo peor como es sabido, y que la Historia, maestra de la vida en conocida expresión de Cicerón, acredita sobradamente. En el siglo pasado, escenario temporal de las dos primeras y- hasta ahora- únicas guerras mundiales, comprobamos que la Primera significará el fin de los dos grandes imperios centrales europeos- alemán y austrohúngaro- asó como de los imperios ruso y otomano, lo que conllevaría a su vez el principio del fin del eurocéntrico – hasta entonces- mundo occidental. El nazismo quiso ocupar ese vacío europeo y la Segunda Guerra Mundial lo zanjó con el nacimiento de un nuevo orden mundial bipolar con EEUU y la URSS liderando los respectivos polos, occidental y comunista, con una evanescente tercera vía integrada por los autodenominados países no alineados. Ese orden nació en 1945 tras el lanzamiento de las bombas atómicas que significaron el final de esa contienda, con la rendición del Japón que a su vez aspiraba a liderar el bloque oriental y del Indo-Pacífico en el nuevo orden geopolítico mundial que se dirimió con la guerra. La constatación de que el arma nuclear impedía una eventual tercera gran contienda denominó a esa nueva etapa de la Historia como la Guerra Fría por contraposición con la declarada, o caliente que significaría un auténtico holocausto mundial. Ese período acabó como sabemos con la rotunda victoria occidental liderada por EEUU tras la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS, y abrió un nuevo tiempo, durante el cual los derrotados en la Guerra Fría y los no alineados han buscado un nuevo escenario geopolítico global donde los postulados capitalistas y de las democracias liberales no fueran los hegemónicos.

El tratado signado- tan solo unos días antes del comienzo de la operación especial en Ucrania-, por Putin y Xi Jimping en Pekín, define un nuevo orden multipolar nacido contra la hegemonía estadounidense y occidental que China y Rusia dan ya por concluido. Ahora nos encontramos inmersos en una nueva contienda mundial, no convencional como las dos anteriores, pero no por ello menos peligrosa, donde un error de cálculo de instancias secundarias puede desencadenar una catástrofe. La isla de Taiwán es el equivalente chino a lo que significa Ucrania para Rusia, y los movimientos políticos y las maniobras militares que ambas potencias- EEUU y China -desarrollan en la zona del indopacífico son tanteos mutuos para testar al adversario y su auténtica voluntad de afrontar el riesgo que conlleva un enfrentamiento entre ambos.

Estados Unidos ya mostró sus cartas políticas y militares al respecto, cuando constituyó en septiembre de 2021 la OTAN de la zona, el AUKUS, – acróstico en inglés de Australia, United Kingdom y Unites States- que violentó a China, al militarizar la relación con ella en la zona del Indo-Pacífico, y a lo que respondió apenas cinco meses después con el citado Tratado con Rusia. Estados Unidos no parece dispuesto a aceptar ese nuevo papel que los BRICS- Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- con más del 30% de la población mundial y liderados ahora por China tras su pacto con Rusia-, le asignan en busca de un «sistema mundial más justo y no subordinado a los intereses de Occidente». Imperioso buscar ese Nuevo Orden negociando en una mesa y no con guerra en Ucrania ahora, con Taiwán a continuación… Y con peligro de mundial, finalmente.

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